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Salmos 69:20 - Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Tanta ofensa me ha partido el corazón, mi vergüenza y confusión son irremediables. Esperé compasión, pero fue en vano, alguien que me consolara, y no lo hallé.

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Biblia Reina Valera 1960

20 El escarnio ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado. Esperé quien se compadeciese de mí, y no lo hubo; Y consoladores, y ninguno hallé.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Sus insultos me han destrozado el corazón, y estoy desesperado. Si al menos una persona me tuviera compasión; si tan solo alguien volviera y me consolara.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 El oprobio ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado, Esperé compasión, y no la hubo, Y consoladores, pero ninguno hallé.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Tú conoces mi oprobio, mi vejación y mis afrentas, todos mis perseguidores están ante tu vista.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 La afrenta ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado; y esperé quien se compadeciese de mí, y no lo hubo; y consoladores, y ninguno hallé.

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Salmos 69:20
15 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Miré a mi alrededor y me asombré: no había quién me ayudara. Así, es que no conté más que con mi brazo y mi enojo me dio fuerzas.


Dirige a la derecha tu mirada y ve cómo ninguno me conoce. Lejos de mí está cualquier refugio, nadie se preocupa de mi vida.


Y todos los que estaban con Jesús lo abandonaron y huyeron.


¡He oído muchas cosas como éstas!, ¡pesados consoladores son todos ustedes!


Pero todo ha pasado para que así se cumpliera lo escrito en los Profetas. Entonces todos los discípulos abandonaron a Jesús y huyeron.


Otros sufrieron la prueba de las cadenas y de la cárcel.


Está llegando la hora, y ya ha llegado, en que se dispersarán cada uno por su lado y me dejarán solo. Aunque no estoy solo, pues el Padre está conmigo.


Ahora mi alma está turbada. ¿Diré acaso: Padre, líbrame de esta hora? ¡Si precisamente he llegado a esta hora para enfrentarme con todo esto!


Volvió y los encontró dormidos. Y dijo a Pedro: 'Simón, ¿duermes? ¿De modo que no pudiste permanecer despierto una hora?'


Nuestra alma está colmada de las burlas de la gente acomodada, del desprecio de los engreídos.


Mis adversarios me insultan y se me quiebran los huesos al oír que a cada rato me dicen: '¿Dónde quedó tu Dios?'


Mi alma está deprimida, por eso te recuerdo desde el Jordán y el Hermón a ti, humilde colina.


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