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Salmos 68:8 - Biblia Católica (Latinoamericana)

8 la tierra tembló y los cielos destilaron en presencia de Dios, el Dios de Israel.

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Biblia Reina Valera 1960

8 La tierra tembló; También destilaron los cielos ante la presencia de Dios; Aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 la tierra tembló y los cielos derramaron lluvia a raudales delante de ti, el Dios del Sinaí, delante de Dios, el Dios de Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 La tierra tembló y los cielos diluviaron ante el Dios del Sinay, Ante la presencia de ’Elohim, el Dios de Israel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Al salir tú, Señor, al frente de tu pueblo, al marchar tú por el desierto, Selah

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 la tierra tembló; también destilaron los cielos a la presencia de Dios; aquel Sinaí tembló a la presencia de Dios, del Dios de Israel.

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Salmos 68:8
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El monte Sinaí entero humeaba, porque Yavé había bajado en medio del fuego. Subía aquel humo como de un horno, y todo el monte temblaba muy fuerte.


Al tercer día, al amanecer, hubo sobre el monte truenos, relámpagos y una espesa nube; se oía un sonido muy fuerte de cuerno. En el campamento todo el pueblo se puso a temblar.


Su voz conmovió entonces la tierra, pero ahora se nos da este aviso: Esta última vez haré temblar no sólo la tierra, sino también el cielo.


Te daré los tesoros secretos y las riquezas escondidas, para que sepas que Yo soy Yavé, el Dios de Israel que te llamó por tu nombre.


Se oía de tu trueno el retumbar, tus relámpagos el mundo iluminaban, la tierra se asombraba y estremecía.


Dios es terrible desde su santuario, él, el Dios de Israel, él da a su pueblo fuerza y poder.


¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel, desde siempre y para siempre! ¡Así sea!


Nunca se escuchó, ningún oído oyó, ni ojo alguno ha visto que un Dios, fuera de ti, hiciera tanto en favor de quienes confían en él.


Tiembla, tierra, en presencia del Señor, en presencia del Dios de Jacob, del que cambia la roca en manantial, y la piedra, en fontana.


Entonces se abrió el Santuario de Dios en el Cielo y pudo verse el arca de la Alianza de Dios dentro del Santuario. Se produjeron relámpagos, fragor y truenos, un terremoto y una fuerte granizada.


Pues llegas en socorro de tu pueblo, para salvar a tu ungido. Al opresor le rompes la cabeza y lo arrasas hasta sus cimiento.


Si dieras a conocer tu Nombre a tus contrarios, sería como llama que prende en las ramas secas o como el agua que borbotea en el fuego, y las naciones temblarían en tu presencia


Por eso los llevó rodeando por el camino del desierto hacia el Mar Rojo. Todo el pueblo salió de Egipto bien ordenado.


Débora dijo entonces a Barac: 'Ha llegado el momento, hoy mismo Yavé pondrá a Sísera en tus manos. ¿No marcha Yavé delante de ti?' Barac bajó del monte Tabor seguido de sus diez mil hombres,


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