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Salmos 65:4 - Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Feliz tu invitado, tu elegido para hospedarse en tus atrios. Sácianos con los bienes de tu casa, con las cosas sagradas de tu Templo.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres a ti, Para que habite en tus atrios; Seremos saciados del bien de tu casa, De tu santo templo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 ¡Cuánta alegría para los que escoges y acercas a ti, aquellos que viven en tus santos atrios! ¡Qué festejos nos esperan dentro de tu santo templo!

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 ¡Cuán bienaventurado es aquél a quien Tú escoges, Y haces que se acerque a ti para que more en tus atrios! Seremos saciados del bien de tu Casa, de tu santo templo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Si el pecado sobrepasa nuestras fuerzas, cubres tú nuestras culpas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Bienaventurado el hombre a quien tú escogieres, e hicieres acercarse a ti, para que habite en tus atrios. Seremos saciados del bien de tu casa, de tu santo templo.

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Salmos 65:4
22 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Felices los que habitan en tu casa, se quedarán allí para alabarte.


En Cristo Dios nos eligió antes de que creara el mundo, para estar en su presencia santos y sin mancha. En su amor


Irán conmigo la dicha y tu favor mientras dure mi vida, mi mansión será la casa del Señora por largos, largos días.


se sacian con lo mejor de tu casa, y le quitas la sed en tu río de delicias.


Es feliz la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él escoge como herencia.


Sepan que por mí maravillas hace el Señor, tan pronto como lo llamo, él me escucha.


Al vencedor lo pondré como columna en el Templo de mi Dios, de donde nadie lo sacará. Grabaré en él el nombre de mi Dios, el nombre de la ciudad que baja del cielo, la nueva Jerusalén que viene de Dios, y mi nombre nuevo.


Yo daré de beber al alma agotada y saciaré a la que se desmaya.


Mi alma está repleta, saciada y blanda, y te alaba mi boca con labios jubilosos.


Señor, ¿quién entrará bajo tu tienda y habitará en tu montaña santa?


¡Ea puertas, levanten sus dinteles, elévense, portones eternos, y que pase el Rey de la Gloria!


Y yo, como justo, contemplaré tu rostro, y al despertar, me saciaré de tu semblante.


Pero nosotros tenemos que dar gracias en todo momento por ustedes, hermanos amados por el Señor, pues ustedes son la parte de Dios y fueron elegidos para que se salvaran mediante la fe verdadera y fueran santificados por el Espíritu.


Porque el Señor se escogió a Jacob, a Israel, para que fuera su propiedad.


escucha tú desde los cielos, lugar de tu morada, su oración y su plegaria; hazles justicia y perdona a tu pueblo los pecados que cometieron contra ti.


Mis llagas supuran y están fétidas, debido a mi locura.


¿Qué Dios hay como tú, que borra la falta y que perdona el crimen; que no se encierra para siempre en su enojo, sino que le gusta perdonar?'


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