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Salmos 56:4 - Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Renuevo mi fe en las palabras de Dios, confío en Dios y no temo más: ¿qué me puede hacer un ser de carne?

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Biblia Reina Valera 1960

4 En Dios alabaré su palabra; En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Alabo a Dios por lo que ha prometido. En Dios confío, ¿por qué habría de tener miedo? ¿Qué pueden hacerme unos simples mortales?

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 En ’Elohim, cuya palabra alabo, En ’Elohim he confiado, no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 El día en que temiere, me confiaré a ti.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 En Dios alabaré su palabra: En Dios he confiado, no temeré lo que me pueda hacer el hombre.

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Salmos 56:4
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y nosotros hemos de responder confiados: El Señor es mi socorro, no temeré. ¿Qué pueden hacerme los hombres?


Si el Señor está conmigo, no temo, ¿qué podrá hacerme el hombre?


El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de temer? Amparo de mi vida es el Señor, ¿ante quién temblaré?


No temas, pues yo estoy contigo; no mires con desconfianza, pues yo soy tu Dios; yo te he dado fuerzas, he sido tu auxilio, y con mi diestra victoriosa te he sostenido.


El egipcio es un hombre y no es Dios y sus caballos son carne, y no espíritu. Al primer golpe que Yavé les pegue, vacilará el protector y caerá quien buscaba protección; juntos perecerán.


El principio de tu palabra es la verdad, tus juicios son justos para siempre.


Las palabras del Señor son palabras seguras, son como plata pura siete veces purificada en el crisol.


y me postro ante tu Templo santo. Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad, pues tu palabra ha superado tu renombre.


No se puede cambiar la Escritura, y en ese lugar llama dioses a los que recibieron esta palabra de Dios.


David se vio en un gran apuro porque su gente hablaba de apedrearlo, pues tan grande era la desesperación de cada uno por sus hijos e hijas. Pero David recuperó su confianza en Yavé su Dios.


Josafat tuvo miedo y consultó a Yavé, ordenando un ayuno a todo Judá.


Los judíos se reunieron para suplicar a Yavé y, de todas las ciudades de Judá, llegaron para rogar a Yavé.


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