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Salmos 56:2 - Biblia Católica (Latinoamericana)

2 me hostigan todo el día y miran cómo me debato. ¡Qué numerosos son mis adversarios!

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Biblia Reina Valera 1960

2 Todo el día mis enemigos me pisotean; Porque muchos son los que pelean contra mí con soberbia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Los que me calumnian no dejan de acosarme, y muchos me atacan descaradamente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Mis enemigos me pisotean todo el día, Muchos son los que combaten con soberbia contra mí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Apiádate, Señor, que el hombre me atropella, me oprime, contiende todo el día.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Me devorarían cada día mis enemigos; porque muchos son los que pelean contra mí, oh Altísimo.

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Salmos 56:2
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Que del cielo mande alguien a salvarme de las manos de aquellos que me acosan; envíe Dios su gracia y su verdad.


Estos son espíritus diabólicos que pueden hacer milagros, y se dirigen a los reyes del mundo entero para convocarlos para la batalla del gran día de Dios, el Todopoderoso.


¿Con qué me presentaré delante de Yavé? ¿Cómo iré a arrodillarme delante del Dios Altísimo? ¿Acaso le traeré holocaustos o terneros de un año?


Oh rey, el Dios Altísimo dio a tu padre Nabucodonosor la realeza, el poder, la gloria y la majestad.


Pues así habla el Altísimo, que vive en su morada eterna, y cuyo Nombre es santo: 'Yo vivo en lo alto y me quedo en mi santidad, pero también estoy con el hombre arrepentido y humillado, para reanimar el espíritu de los humildes y a los de corazón quebrantado.


Pero más que el fragor de las aguas, más grandioso que el oleaje de la mar es el Señor, grandioso en las alturas.


Es bueno dar gracias al Señor y celebrar tu nombre, Dios Altísimo,


Tú que habitas al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Omnipotente,


Que el mal recaiga sobre los que me espían; destrúyelos, Señor, pues tú eres fiel.


Ataca, Señor, a los que me atacan, combate a los que me combaten.


En ti me alegraré y me regocijaré, y cantaré a tu Nombre, oh Altísimo.


¡Señor, cuántos son mis adversarios, cuántos los que se alzan contra mí!


Mis enemigos me desean lo peor: 'A ver si se muere y ya no se habla más de él'.


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