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Salmos 56:13 - Biblia Católica (Latinoamericana)

13 porque me sacaste de la muerte; no dejaste que diera un paso en falso. En presencia de Dios seguiré caminando a la luz de los vivos.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Porque has librado mi alma de la muerte, Y mis pies de caída, Para que ande delante de Dios En la luz de los que viven.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Pues me rescataste de la muerte; no dejaste que mis pies resbalaran. Así que ahora puedo caminar en tu presencia, oh Dios, en tu luz que da vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Porque has librado mi alma de la muerte, Y mis pies de la caída, Para que ande delante de ’Elohim en la luz de la vida.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 A mi cargo, oh Dios, los votos, cumpliré en tu honor la acción de gracias.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

13 Porque has librado mi alma de la muerte, y mis pies de caída, para que ande delante de Dios en la luz de los que viven.

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Salmos 56:13
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para sacar su alma del sepulcro e iluminarla con la luz de los vivos.


Sostiene el Señor a todos los que caen, a los que están encorvados endereza.


Pero a mí Dios me rescatará, y me sacará de las garras de la muerte.


esperando que venga del cielo el que nos libera del juicio que se acerca: éste es Jesús, su Hijo, al que resucitó de entre los muertos.


Afirma mis pasos en tus caminos para que no tropiecen mis pies.


Pueblo de Jacob, ven: ¡caminemos a la luz de Yavé!


Tenía Abram noventa y nueve años, cuando se le apareció Yavé y le dijo: 'Yo soy el Dios de las Alturas. Camina en mi presencia y sé perfecto.


Acuérdate, por favor, que te he servido fielmente con corazón honrado y haciendo lo que te agradaba. Y se largó a llorar.


Apenas dije: '¡Vacilan mis pies!' tu bondad, Señor, me reafirmó.


sepan que el que aparta a un pecador de su mal camino salva un alma de la muerte y hace olvidar muchos pecados.


De este modo liberó a los hombres que, por miedo a la muerte, permanecían esclavos en todos los aspectos de su vida.


Cuida los pasos de sus fieles, pero los malos perecen en las tinieblas: la fuerza del hombre no da la victoria.


Jesús les habló de nuevo diciendo: 'Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá luz y vida.


El nos libró de ese peligro de muerte tan grande, y nos seguirá protegiendo. En él hemos puesto nuestra esperanza y seguirá amparándonos,


además también todo lo que le regalan: lo prometido por voto y las oblaciones voluntarias.


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