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Salmos 34:5 - Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Mírenlo a él y serán iluminados y no tendrán más cara de frustrados.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Los que miraron a él fueron alumbrados, Y sus rostros no fueron avergonzados.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Los que buscan su ayuda estarán radiantes de alegría; ninguna sombra de vergüenza les oscurecerá el rostro.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 h Los que miraron a Él fueron iluminados, Y sus rostros nunca serán avergonzados.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Dálet. Cuando busco al Señor, él me responde y me libra de todos mis terrores.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Los que a Él miraron, fueron alumbrados; y sus rostros no fueron avergonzados.

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Salmos 34:5
17 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Levantemos la mirada hacia Jesús, que dirige esta competición de la fe y la lleva a su término. El escogió la cruz en vez de la felicidad que se le ofrecía; no tuvo miedo a la humillación, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.


Los que esperan en ti no serán confundidos, pero sí lo serán quienes te mienten.


Tú haces, Señor, que brille mi lámpara, ¡mi Dios ilumina mis tinieblas!


La luz ya asoma para el justo y la alegría, para los de recto corazón.


En ti se halla la fuente de la vida, y es por tu luz que vemos la luz.


Tú entonces, al verlo, te pondrás radiante, palpitará tu corazón muy emocionado; traerán a ti tesoros del otro lado del mar y llegarán a ti las riquezas de las naciones.


Vuélvanse a mí para que se salven, desde cualquier parte del mundo, pues ¡yo soy Dios y no tengo otro igual!


¡Señor, Dios mío, mírame y respóndeme! Ilumina mis ojos para que no me duerma con los muertos,


Cúbreles la cara de vergüenza, tal vez así, Señor, busquen tu nombre.


El rey, mientras tanto, se había puesto un velo en la cara y exclamaba en alta voz: '¡Hijo mío Absalón! ¡Absalón hijo mío! ¡Hijo mío!'


Entonces David se levantó junto con sus hombres, que eran más o menos unos seiscientos, salieron de Queila y anduvieron errantes. Cuando Saúl supo que David había huido de Queila, desistió de su expedición.


Yo me acuesto y me duermo, y me levanto: el Señor me sostiene.


invócame en el día de la angustia, te libraré y tú me darás gloria.


Me honra el que da gracias con sacrificios, pero al que va por camino recto, le haré ver la salvación de Dios'.


El día en que clamé, me respondiste y aumentaste la fuerza en mi alma.


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