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Salmos 27:4 - Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Una cosa al Señor sólo le pido, la cosa que yo busco es habitar en la casa del Señor mientras dure mi vida, para gozar de la dulzura del Señor y cuidar de su santuario.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Una cosa he demandado a Jehová, esta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Lo único que le pido al Señor —lo que más anhelo— es vivir en la casa del Señor todos los días de mi vida, deleitándome en la perfección del Señor y meditando dentro de su templo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Una cosa he demandado a YHVH, ésta buscaré: Que esté yo en la Casa de YHVH todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de YHVH, e inquirir en su templo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Una cosa yo pido del Señor, una cosa suplico: habitar en la casa del Señor, todos los días de mi vida, para contemplar la belleza del Señor al visitar su templo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Una cosa he pedido de Jehová, y esta buscaré: Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.

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Salmos 27:4
30 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Señor, cuánto amo la casa en que moras, y el lugar donde reside tu gloria.


Irán conmigo la dicha y tu favor mientras dure mi vida, mi mansión será la casa del Señora por largos, largos días.


Feliz tu invitado, tu elegido para hospedarse en tus atrios. Sácianos con los bienes de tu casa, con las cosas sagradas de tu Templo.


Felices los que habitan en tu casa, se quedarán allí para alabarte.


Vale por mil un día en tus atrios, y prefiero quedarme en el umbral, delante de la casa de mi Dios antes que compartir la casa del malvado.


una sola es necesaria. María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada.


Mi corazón de ti me habla diciendo: 'Procura ver su faz'.


Por lo tanto, busquen primero el Reino y la Justicia de Dios, y se les darán también todas esas cosas.


y cuando me busquen me encontrarán, siempre que me imploren con todo su corazón.


No, hermanos, yo no me creo todavía calificado, pero para mí ahora sólo vale lo que está adelante; y olvidando lo que dejé atrás,


pero sin la fe es imposible agradarle, pues nadie se acerca a Dios si antes no cree que existe y que recompensa a los que lo buscan.


Que la dulzura del Señor nos cubra y que él confirme la obra de nuestras manos.


Todos llevamos los reflejos de la gloria del Señor sobre nuestro rostro descubierto, cada día con mayor resplandor, y nos vamos transformando en imagen suya, pues él es el Señor del espíritu.


Permaneció viuda, y tenía ya ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo día y noche al Señor con ayunos y oraciones.


Volví mi mirada hacia el Señor Dios para invocarlo en la oración y suplicarle por medio del ayuno, la penitencia y la ceniza.


Desde Sión, la muy hermosa, Dios refulge:


Jesús les mostró con un ejemplo que debían orar siempre, sin desanimarse jamás:


El mismo Dios que dijo: Brille la luz en medio de las tinieblas, es el que se hizo luz en nuestros corazones, para que se irradie la gloria de Dios tal como brilla en el rostro de Cristo.


Jesús respondió: 'Esfuércense por entrar por la puerta angosta, porque yo les digo que muchos tratarán de entrar y no lo lograrán.


La verdadera viuda es la que se queda sola, habiendo puesto en Dios su esperanza, y se dedica día y noche a la oración y a las súplicas.


Salta, llena de gozo, oh hija de Sión, lanza gritos de alegría, hija de Jerusalén. Pues tu rey viene hacia ti; él es santo y victorioso, humilde, y va montado sobre un burro, sobre el hijo pequeño de una burra.


Lavo mis manos, que están limpias, y en torno a tu altar voy caminando,


Hubo bajo el reinado de David una hambruna que duró tres años. David consultó a Yavé y éste le respondió: 'Saúl y su familia tienen pendiente una deuda de sangre porque Saúl dio muerte a los gabaonitas'.


le hizo esta promesa: 'Yavé de los ejércitos, mira con bondad la pena de tu sirvienta y acuérdate de mí. No te olvides de tu sirvienta, sino que dale un niñito. Lo consagraré a Yavé para el resto de sus días y la navaja no pasará por su cabeza'.


David consultó a Yavé: 'Tengo que perseguir a esa banda? ¿La alcanzaré?' La respuesta fue: 'Persíguelos, los alcanzarás y librarás a los cautivos'.


Este consultó por él a Yavé, le dio provisiones y le pasó la espada de Goliat, el filisteo'.


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