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Salmos 17:8 - Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Guárdame como a la niña de tus ojos, escóndeme a la sombra de tus alas,

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Biblia Reina Valera 1960

8 Guárdame como a la niña de tus ojos; Escóndeme bajo la sombra de tus alas,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Cuídame como cuidarías tus propios ojos; escóndeme bajo la sombra de tus alas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Guárdame como a la niña de tus ojos, Escóndeme a la sombra de tus alas,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Guárdame como la pupila de los ojos, escóndeme a la sombra de tus alas,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Guárdame como a la niña de tu ojo, escóndeme bajo la sombra de tus alas,

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Salmos 17:8
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Lo encontró en el desierto, en la soledad rugiente, y lo cubrió, lo alimentó, lo cuidó como a la niña de sus ojos.


te cubrirá con sus plumas y hallarás bajo sus alas un refugio.


Tú que habitas al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Omnipotente,


Observa mis órdenes y vivirás, guarda mi enseñanza como a la niña de tus ojos.


¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus polluelos debajo de sus alas, y tú no has querido!


El que estaba de pie le dijo: 'Corre a decir a este joven que Jerusalén será una ciudad abierta, pues será inmenso el número de habitantes y de animales que habrá en su interior.


¡qué valiosa es tu gracia! A ti acuden los hijos de Adán, debajo de tus alas se refugian;'


Piedad de mí, oh Dios, piedad de mí, pues en ti se refugia el alma mía; a la sombra de tus alas me cobijo hasta que haya pasado la tormenta.


Que Yavé te recompense tus buenas obras y que el Dios de Israel, bajo cuyas alas te has cobijado, te dé el premio que mereces.


Quiero compartir tu tienda para siempre, cobijarme en el repliegue de tus alas.


¡Jerusalén, Jerusalén, qué bien matas a los profetas y apedreas a los que Dios te envía! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, y tú no has querido!


pues tú fuiste un refugio para mí y salto de gozo a la sombra de tus alas.


Guárdame, oh Dios, pues me refugio en ti. Yo le he dicho: 'Tú eres mi Señor, no hay dicha para mí fuera de ti.


se sacian con lo mejor de tu casa, y le quitas la sed en tu río de delicias.


Yo clamo al Dios Altísimo, al Dios que de mí cuida.


Pues tú, oh Dios, escuchaste mis votos; cumples el deseo de los que temen tu nombre.


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