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Salmos 146:5 - Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Dichoso aquel que al Dios de Jacob tiene de ayuda y pone su esperanza en el Señor, su Dios,

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Biblia Reina Valera 1960

5 Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, Cuya esperanza está en Jehová su Dios,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Pero felices son los que tienen como ayudador al Dios de Israel, los que han puesto su esperanza en el Señor su Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 ¡Cuán bienaventurado es aquél cuyo ayudador es el Dios de Jacob! Aquel cuya esperanza está en YHVH su Dios,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Dichoso el que en su ayuda tiene al Dios de Jacob, con la esperanza en el Señor su Dios,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Bienaventurado aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en Jehová su Dios:

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Salmos 146:5
17 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Dichoso el pueblo que esta suerte tiene, dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor.


pues tú eres, Señor, mi esperanza, y en ti he confiado desde mi juventud.


Es feliz la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él escoge como herencia.


¡Oh Señor Sabaot, feliz el que confía en ti!


El Señor Sabaot está con nosotros, es nuestro baluarte el Dios de Jacob.


Gracias a él han creído en Dios que lo resucitó de entre los muertos y lo glorificó, precisamente con el fin de que pusieran su fe y su esperanza en Dios.


¡Oh Señor, Dios Sabaot, escucha mi plegaria, oye con atención, Dios de Jacob!


El Señor Sabaot está con nosotros, es nuestro baluarte el Dios de Jacob.


Si es así, ¿qué me queda, Señor? Pondré en ti mi esperanza.


Luego le dijo: 'Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Al instante Moisés se tapó la cara, porque tuvo miedo de que su mirada se fijara sobre Dios.


Feliz eres, ¡oh, Israel! ¿Quién semejante a ti, pueblo salvado por Yavé? El es el escudo que te ampara, la espada que te da la victoria. Tus enemigos quisieran apaciguarte, pero tú, al fin, les pisas el cuello.


Por favor, perdona el crimen de tus hermanos y el pecado que cometieron cuando te trataron mal. Ahora debes perdonar su crimen a los servidores del Dios de tu padre. José, al oír este mensaje, se puso a llorar.


Ellos tropiezan y caen, mientras nosotros nos levantamos y nos recuperamos.


Vengan a ver las hazañas del Señor, y los estragos que causó a la tierra.


El que reflexiona en los hechos tendrá éxito; ¡feliz el que confía en Yavé!'


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