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Salmos 143:7 - Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Apresúrate, Señor, en responderme, porque me estoy quedando sin resuello; no me escondas tu cara, que no sea de los que bajan a la fosa.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Respóndeme pronto, oh Jehová, porque desmaya mi espíritu; No escondas de mí tu rostro, No venga yo a ser semejante a los que descienden a la sepultura.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Ven pronto, Señor, y respóndeme, porque mi abatimiento se profundiza. No te apartes de mí, o moriré.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Oh YHVH, respóndeme pronto, porque mi espíritu desfallece, No escondas de mí tu rostro, De modo que yo sea como los que bajan al sepulcro.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 En seguida, respóndeme, Señor: el aliento me falta. No me ocultes tu rostro y que me iguale a los que bajan a la fosa.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 Respóndeme pronto, oh Jehová, porque mi espíritu desfallece: No escondas de mí tu rostro, no venga yo a ser semejante a los que descienden a la fosa.

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Salmos 143:7
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No escondas a tu siervo tu rostro, me siento angustiado, respóndeme pronto.


A ti te llamo, Señor, Roca mía, no te hagas el sordo; no sea que, si guardas silencio, me ocurra como a los que bajan a la tumba.


Es tu rostro, Señor, lo que yo busco, no me escondas tu cara. Con enojo a tu siervo no rechaces; eres tú mi defensa, ¡no me abandones, no me dejes solo, mi Dios y Salvador!'


Oh Dios, no te alejes de mí, Dios mío, ven pronto a socorrerme.


Pues los muertos no te alaban, ¿podría acaso celebrarte la Muerte, o los que caen en el hoyo proclamar tu fidelidad?


No me escondas tu cara en el día de mi desgracia, vuelve tus oídos hacia mí el día que te invoco, apresúrate en responderme.


Me agoto de gritar, me arde la garganta, y mis ojos se cansan de esperar a mi Dios.


La gente se morirá de espanto con sólo pensar en lo que va a caer sobre la humanidad, porque las fuerzas del universo serán sacudidas.


No voy a reclamar sin fin ni seguiré más enojado; pues a causa de mí se desmayarían el espíritu y las almas que yo he creado.


Ahora, pues, esperaré en Yavé, que esconde su rostro al pueblo de Jacob; en él confío.


Tú ves cuán pobre soy y desdichado, oh Dios, ven a salvarme. ¡Tú eres mi socorro, mi liberador, Señor, no tardes más!


¡Piensa en mí, oh Dios, en mí que soy un pobre y desdichado! ¡No te demores, mi Dios, pues tú eres mi socorro y salvación!


porque no ha despreciado ni ha desdeñado al pobre en su miseria, no le ha vuelto la cara y a sus invocaciones le hizo caso.


Mi alma suspira y hasta languidece por los atrios del Señor; mi corazón y mi carne gritan de alegría al Dios que vive.


Ven, acércate a mí y rescátame, líbrame de tantos enemigos.


La esperanza diferida desanima, el deseo satisfecho es un árbol de vida.


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