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Salmos 122:6 - Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Para Jerusalén pidan la paz: '¡Que vivan tranquilos los que te aman!'

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Biblia Reina Valera 1960

6 Pedid por la paz de Jerusalén; Sean prosperados los que te aman.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Oren por la paz de Jerusalén; que todos los que aman a esta ciudad prosperen.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Rogad por la paz de Jerusalem, Sean prosperados los que te aman.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Saludad así a Jerusalén: 'Prospere el que te ama,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Orad por la paz de Jerusalén; serán prosperados los que te aman.

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Salmos 122:6
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Un sacrificio no te gustaría, ni querrás si te ofrezco, un holocausto.


Preocúpense por la prosperidad del país donde los he desterrado y rueguen por él a Yavé; porque la prosperidad de este país será la de ustedes. Pues así habla Yavé:'


Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te maldigan. En ti serán bendecidas todas las razas de la tierra.


¡Ustedes, que se libraron de la espada, partan, no se queden allí! Acuérdense de Yavé en esta tierra lejana, y que Jerusalén les venga a la memoria:


Se agacha, se acuesta como un león, como una leona: ¿quién lo hará levantarse? Benditos sean los que te bendicen, malditos sean los que te maldicen.


pues el amor a nuestros hermanos es para nosotros el signo de que hemos pasado de la muerte a la vida.


Mantengan entre ustedes lazos de paz y permanezcan unidos en el mismo espíritu.


Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti. Que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.


Que el Señor de la paz les dé su paz en todo tiempo y en todo. Que el Señor esté con todos ustedes.


En cuanto a mí, si dejara de orar por ustedes, pecaría contra Yavé; les indicaré pues el camino bueno y derecho.


Los jefes del pueblo se instalaron en Jerusalén y el resto del pueblo sorteó a uno de cada diez hombres para que fuera a vivir en Jerusalén, la ciudad santa; los demás podían quedarse en las ciudades de la provincia.


El pueblo bendijo a todos aquellos que aceptaron vivir en Jerusalén:


Le dio una copia del decreto de exterminación publicado en Susa para que se lo mostrara a Ester y la pusiera al corriente de todo. Le ordenaba a Ester que fuera a ver al rey para implorarle su bondad y suplicarle en favor de su pueblo. Mardoqueo le mandó decir: '¡Acuérdate de esa época en que estabas en la miseria y yo te alimentaba de mi mano. Ya que ahora Amán, el segundo personaje del reino, ha pedido al rey nuestra muerte, suplica al Señor, habla por nosotros al rey, líbranos de la muerte!»'


ni lo dejen tranquilo, hasta que restaure a Jerusalén y la ponga en un trono de honor en medio de la tierra.


Alégrense con Jerusalén, y que se feliciten por ella todos los que la aman. Siéntanse, ahora, muy contentos con ella todos los que por ella anduvieron de luto,


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