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Salmos 122:1 - Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Me puse alegre cuando me dijeron: '¡Vamos a la casa del Señor!'

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Biblia Reina Valera 1960

1 Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Me alegré cuando me dijeron: «Vayamos a la casa del Señor».

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Cántico gradual. De David. Yo me alegré con los que me decían: ¡Vayamos a la Casa de YHVH!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Canto gradual. De David. Me llené de gozo cuando me dijeron: 'Iremos a la casa del Señor'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Cántico gradual: de David Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos.

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Salmos 122:1
27 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Vale por mil un día en tus atrios, y prefiero quedarme en el umbral, delante de la casa de mi Dios antes que compartir la casa del malvado.


y subirán hacia él muchos pueblos, diciendo: 'Vengan, subamos al cerro de Yavé, a la Casa del Dios de Jacob, para que nos enseñe sus caminos y caminemos por sus sendas. Porque la enseñanza irradia de Sión, de Jerusalén sale la palabra de Yavé.


Irán a verlo todas las naciones y subirán hacia él muchos pueblos, diciendo: 'Vengan, subamos al cerro de Yavé, a la Casa del Dios de Jacob, para que nos enseñe sus caminos y caminemos por sus sendas. Porque la enseñanza irradia de Sión, de Jerusalén sale la palabra de Yavé.


¡Ea, vamos! Bendigan al Señor todos los servidores del Señor, los que sirven en la casa del Señor, en los atrios de la casa de nuestro Dios.


Al Señor en medio de mi angustia yo clamé y él me respondió.


Felices los que temen al Señor y siguen sus caminos.


Dirijo la mirada hacia los montes: ¿de dónde me llegará ayuda?


A ti he elevado mis ojos, a ti que habitas en los cielos.


a quien me unía una dulce amistad; juntos íbamos a la casa de Dios en alegre convivencia.


Vendrá un día en que los centinelas gritarán desde los cerros de Efraím: '¡Levántense, subamos a Sión, adonde está Yavé nuestro Dios!'


¡Qué bueno y qué tierno es ver a esos hermanos vivir juntos!


Señor, mi corazón no es engreído ni mis ojos altaneros: no he tomado un camino de grandezas ni de prodigios que me superaran.


Si el Señor no construye la casa en vano trabajan los albañiles; si el Señor no protege la ciudad, en vano vigila el centinela.


Los que buscan apoyo en el Señor se parecen al monte Sión: inconmovible y estable para siempre.


De no estar el Señor en favor nuestro, que lo diga Israel,


Tus testimonios han sido siempre mi herencia, son la alegría de mi corazón.


Me han atacado mucho desde joven, que lo diga Israel;'


Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión, nos parecía estar soñando;'


Es un desahogo para mi alma, acordarme de aquel tiempo, en que iba con los nobles hasta la casa de Dios, entre vivas y cantos de la turba feliz.


Señor, tenle en cuenta a David su total disponibilidad,


Señor, cuánto amo la casa en que moras, y el lugar donde reside tu gloria.


El príncipe entrará con sus súbditos y saldrá cuando estos salgan.


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