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Salmos 102:1 - Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Señor, escucha mi plegaria, que mis gritos lleguen hasta ti.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Jehová, escucha mi oración, Y llegue a ti mi clamor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Señor, ¡oye mi oración! ¡Escucha mi ruego!

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Oración de un afligido que desmaya, y en presencia de YHVH derrama su querella. ¡Oh YHVH, escucha mi oración, Y llegue a ti mi clamor!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Oración del afligido cuando, desfalleciente, derrama su queja delante del Señor.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Oración del afligido, cuando está angustiado, y delante de Jehová derrama su lamento Oh Jehová, escucha mi oración, y llegue a ti mi clamor.

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Salmos 102:1
28 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

En mi angustia yo invoqué al Señor, y clamé a mi Dios. Mi clamor llegó hasta sus oídos y desde su Templo oyó mi voz.


Desde el confín de la tierra yo te grito, mientras el corazón me desfallece.


Señor, escucha mi plegaria, presta oído a mis clamores, no permanezcas sordo a mis lágrimas, pues en tu casa soy un forastero y, como mis padres, peregrino.


Durante este largo período murió el rey de Egipto. El pueblo de Israel sufría bajo la esclavitud. Gritaban, y su grito subía desde los lugares de trabajo hasta Dios.


En los días de su vida mortal presentó ruegos y súplicas a aquel que podía salvarlo de la muerte; éste fue su sacrificio, con grandes clamores y lágrimas, y fue escuchado por su religiosa sumisión.


Entró en agonía y oraba con mayor insistencia. Su sudor se convirtió en gotas de sangre que caían hasta el suelo.)


Has matado sin piedad; te encerraste en tu nube para que no pasara la oración;'


Por más que grito y pido auxilio él sofoca mi súplica.


Apresúrate, Señor, en responderme, porque me estoy quedando sin resuello; no me escondas tu cara, que no sea de los que bajan a la fosa.


Mi espíritu en mí desfallece, mi corazón se asusta en mi interior.


Presta oído a mi clamor, ¡oh mi rey y mi Dios! Pues a ti te imploro, Señor.


Los sacerdotes y levitas bendijeron al pueblo; y fue escuchada su voz y su oración penetró en el cielo a su santa Morada.


Mañana a esta hora te enviaré a un hombre del territorio de Benjamín, al que consagrarás como jefe de mi pueblo Israel. Ese hombre va a salvar a mi pueblo de las manos de los filisteos, porque he visto la aflicción de mi pueblo y su clamor ha subido hasta mí'.


Hicieron desaparecer de sus casas los dioses extranjeros y sirvieron a Yavé. Entonces Yavé no aguantó más el sufrimiento de Israel.


Les da en el gusto a todos los que lo temen, escucha su clamor y los salva.


No me acuerdo de Dios sin que no gima, si medito, una duda acosa mi espíritu.


Pueblo mío, confíen siempre en él, abran su corazón delante de él, Dios es nuestro refugio.


Es un desahogo para mi alma, acordarme de aquel tiempo, en que iba con los nobles hasta la casa de Dios, entre vivas y cantos de la turba feliz.


Los pobres son despojados, gimen los humildes, ahora me levanto -dice el Señor- y prestaré socorro al que es despreciado.


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