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Rut 2:12 - Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Que Yavé te recompense tus buenas obras y que el Dios de Israel, bajo cuyas alas te has cobijado, te dé el premio que mereces.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Que el Señor, Dios de Israel, bajo cuyas alas viniste a refugiarte, te recompense abundantemente por lo que hiciste.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Recompense YHVH tu obra y tengas un cumplido galardón de parte de YHVH, el Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Que Yahveh recompense tu acción y que recibas cumplida retribución de Yahveh, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

12 Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea completa por Jehová, el Dios de Israel, que has venido a refugiarte bajo sus alas.

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Rut 2:12
29 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¡qué valiosa es tu gracia! A ti acuden los hijos de Adán, debajo de tus alas se refugian;'


te cubrirá con sus plumas y hallarás bajo sus alas un refugio.


pues tú fuiste un refugio para mí y salto de gozo a la sombra de tus alas.


Guárdame como a la niña de tus ojos, escóndeme a la sombra de tus alas,


Quiero compartir tu tienda para siempre, cobijarme en el repliegue de tus alas.


Dios no es injusto para olvidar lo que han hecho y cómo han ayudado y todavía ayudan a los santos por amor de su Nombre.


Se fijó en que Dios retribuiría a cada uno, y consideró que ser humillado con Cristo tenía más valor que todas las riquezas de Egipto.


Hoy demostraste tu bondad para conmigo, porque Yavé me puso en tus manos pero tú no me mataste.


Rut le replicó: 'No me obligues a dejarte yéndome lejos de ti, pues a donde tú vayas, iré yo; y donde tú vivas, viviré yo; tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios.


Piedad de mí, oh Dios, piedad de mí, pues en ti se refugia el alma mía; a la sombra de tus alas me cobijo hasta que haya pasado la tormenta.


pero sin la fe es imposible agradarle, pues nadie se acerca a Dios si antes no cree que existe y que recompensa a los que lo buscan.


Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada a cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo, que es bueno con los ingratos y los pecadores.


¡Jerusalén, Jerusalén, qué bien matas a los profetas y apedreas a los que Dios te envía! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, y tú no has querido!


Alégrense y muéstrense contentos, porque será grande la recompensa que recibirán en el cielo. Pues bien saben que así persiguieron a los profetas que vivieron antes de ustedes.


Sólo me queda recibir la corona de toda vida santa con la que me premiará aquel día el Señor, juez justo; y conmigo la recibirán todos los que anhelaron su venida gloriosa.


El Señor le conceda que alcance misericordia ante el Señor aquel día; tú conoces mejor que nadie los servicios que me prestó en Efeso.


Guárdense de las buenas acciones hechas a la vista de todos, a fin de que todos las aprecien. Pues en ese caso, no les quedaría premio alguno que esperar de su Padre que está en el cielo.


si lo conservas, verás sus resultados, y tu esperanza no será fallida.


El salario del malvado es engañoso; el que siembra el bien tiene su recompensa asegurada.


Y dirán: '¡Sí, se gana con ser justo; sí, hay un Dios para juzgar al mundo!'


También son luz para tu siervo, guardarlos es para mí una riqueza.


No permitan que se lo quiten quienes vienen con una religión muy temerosa y que sirven a los ángeles. En realidad sólo hacen caso de sus propias visiones y se inflan con sus propios pensamientos,


Me han contado, le respondió Booz, lo bien que te has portado con tu suegra después de que murió tu marido, hasta el punto de dejar tu patria y tus padres para venirte a un país totalmente desconocido para ti.


Ella replicó: '¡Ojalá me haga merecedora de tanta bondad como la que me has demostrado con tus palabras amables y tranquilizadoras, en circunstancias en que yo no me equiparo ni a la última de tus esclavas!'


Este niño será para ti un consuelo y tu sustento en tus últimos años, pues tiene por madre a tu nuera, que te quiere y vale para ti más que siete hijos.


Así dice Yavé: Deja de lamentarte, y seca el llanto de tus ojos, ya que tu prueba tendrá su recompensa: tus hijos volverán del país enemigo.


Cuando un hombre encuentra a su enemigo, ¿lo deja proseguir su camino? Yavé te recompensará el bien que me has hecho hoy.


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