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Romanos 7:8 - Biblia Católica (Latinoamericana)

8 El pecado encontró ahí su oportunidad y se aprovechó del precepto para despertar en mí toda suerte de codicias, mientras que sin ley el pecado es cosa muerta.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 ¡Pero el pecado usó ese mandamiento para despertar toda clase de deseos codiciosos dentro de mí! Si no existiera la ley, el pecado no tendría ese poder.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Y el pecado, aprovechando la ocasión° por medio del mandamiento, produjo en mí toda clase de codicia; pero sin la ley el pecado está muerto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Pero el pecado, aprovechando la ocasión, produjo en mí, valiéndose del mandamiento, toda suerte de codicia; mientras que, sin ley, el pecado era cosa muerta.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Pero el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia. Porque sin la ley el pecado estaba muerto.

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Romanos 7:8
12 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El pecado se aprovechó del precepto y me engañó, para que después el precepto me causara la muerte.


El aguijón de la muerte es el pecado, y la Ley lo hacía más poderoso.


Pues la Ley solamente trae castigos: Ley y transgresión van juntas.


¿Será posible que algo bueno produzca en mí la muerte? En absoluto. Esto viene del pecado, y se ve mejor lo que es el pecado cuando se vale de algo bueno para producir en mí la muerte. Gracias al precepto, el pecado deja ver toda la maldad que lleva en sí.


Al sobrevenir la Ley, el pecado tuvo más auge, pero donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia.


Si yo no hubiera venido ni les hubiera hablado, no tendrían pecado. Pero ahora su pecado no tiene disculpa.


No soy yo quien obra el mal, sino el pecado que habita en mí. Bien sé que el bien no habita en mí, quiero decir, en mi carne.


Si yo no hubiera hecho en medio de ellos obras que nadie hizo jamás, no serían culpables de pecado; pero las han visto y me han odiado a mí y a mi Padre.


infidelidad matrimonial, codicia, maldad, vida viciosa, envidia, injuria, orgullo y falta de sentido moral.


Porque en base a la observancia de la Ley no será justificado ningún mortal ante Dios. El fruto de la Ley es otro: nos hace conscientes del pecado.


Hubo un tiempo en que no había Ley, y yo vivía. Pero llegó el precepto, dio vida al pecado,


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