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Romanos 7:23 - Biblia Católica (Latinoamericana)

23 pero advierto en mis miembros otra ley que lucha contra la ley de mi espíritu, y paso a ser esclavo de esa ley del pecado que está en mis miembros.

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Biblia Reina Valera 1960

23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 pero hay otro poder dentro de mí que está en guerra con mi mente. Ese poder me esclaviza al pecado que todavía está dentro de mí.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 pero veo otra ley en mis miembros, que combate contra la ley de mi mente, y me encadena a la ley del pecado que está en mis miembros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 pero percibo en mis miembros otra ley que está en guerra contra la ley de mi mente y que me esclaviza bajo la ley del pecado que habita en mis miembros.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

23 mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

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Romanos 7:23
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pues los deseos de la carne se oponen al espíritu y los deseos del espíritu se oponen a la carne. Los dos se contraponen, de suerte que ustedes no pueden obrar como quisieran.


¿De dónde proceden esas guerras y esas riñas entre ustedes? De aquí abajo, por supuesto; son el fruto de las codicias, que hacen la guerra dentro de ustedes mismos.


En Cristo Jesús la ley del Espíritu de vida te ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.


Ven que uso figuras muy humanas, pues tal vez les cueste entender. Hubo un tiempo en que llevaron una vida desordenada e hicieron de sus cuerpos esclavos de la impureza y del desorden; conviértanlos ahora en servidores de la justicia verdadera, para llegar a ser santos.


¡Gracias sean dadas a Dios por Jesucristo, nuestro Señor! En resumen: por mi conciencia me someto a la Ley de Dios, mientras que por la carne sirvo a la ley del pecado.


Amados hermanos, por ser aquí extranjeros y forasteros, les ruego que se abstengan de los deseos carnales que hacen la guerra al alma.


Ustedes se enfrentan con el mal, pero todavía no han tenido que resistir hasta la sangre.


Ahí me encuentro con una ley: cuando quiero hacer el bien, el mal se me adelanta.


Cuando no éramos más que 'carne', la Ley estimulaba las pasiones propias del pecado, que actuaban en nuestro cuerpo produciendo frutos de muerte.


No le entreguen sus miembros, que vendrían a ser como malas armas al servicio del pecado. Por el contrario, ofrézcanse ustedes mismos a Dios, como quienes han vuelto de la muerte a la vida, y que sus miembros sean como armas santas al servicio de Dios.


No hay en la tierra ningún hombre lo bastante justo como para hacer el bien sin nunca pecar.


Sácame de la prisión para que dé gracias a tu Nombre. una ronda harán los justos en torno a mí al saber los favores que me has hecho.


Sabemos que la Ley es espiritual, pero yo soy hombre de carne y vendido al pecado.


y todos tenemos nuestras fallas. El que no peca en palabras es un hombre perfecto de verdad, pues es capaz de dominar toda su persona.


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