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Romanos 6:23 - Biblia Católica (Latinoamericana)

23 El pecado paga un salario, y es la muerte. La vida eterna, en cambio, es el don de Dios en Cristo Jesús, nuestro Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Porque la paga° del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Jesús el Mesías, Señor nuestro.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Porque la paga del pecado es muerte, mientras la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

23 Porque la paga del pecado es muerte; mas el don de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

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Romanos 6:23
41 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El que cree en el Hijo vive de vida eterna, pero el que se niega a creer en el Hijo se queda con el Dios que condena: nunca conocerá la vida.


Un solo hombre hizo entrar el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte. Después la muerte se propagó a todos los hombres, ya que todos pecaban.


la codicia concibe y da a luz el pecado; el pecado crece y, al final, engendra la muerte.


Sí, ésta es la decisión de mi Padre: toda persona que al contemplar al Hijo crea en él, tendrá vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.


Y éstos irán a un suplicio eterno, y los buenos a la vida eterna.


Quien debe morir es el que peca; el hijo no carga con el pecado del padre, y el padre no cargará con el pecado del hijo. El mérito del justo le corresponderá sólo a él, y la maldad del malo, sólo a él.


Porque todas las vidas me pertenecen, tanto la vida del hijo como la del padre, y el que peca, ése morirá.


En verdad les digo: El que escucha mi palabra y cree en el que me ha enviado, vive de vida eterna; ya no habrá juicio para él, porque ha pasado de la muerte a la vida.


Y del mismo modo que el pecado estableció su reinado de muerte, así también debía reinar la gracia y, después de restablecernos en la amistad con Dios, nos llevará a la vida eterna por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor.


Dará vida eterna a quien haya seguido el camino de la gloria, del honor y la inmortalidad, siendo constante en hacer el bien;'


pero no comerás del árbol de la Ciencia del bien y del mal. El día que comas de él, ten la seguridad de que morirás.


y yo les doy vida eterna. Nunca perecerán y nadie las arrebatará jamás de mi mano.


Pero para los cobardes, los renegados, los corrompidos, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras, en una palabra, para todos los falsos, su lugar y su parte es el lago que arde con fuego de azufre, que es la segunda muerte.


Esperamos la vida eterna que nos había prometido desde siempre el Dios que no miente jamás.


Y si bien reinó la muerte por culpa de uno y debido a uno solo, con mucha mayor razón la vida reinará gracias a uno solo, Jesucristo, en todos aquellos que aprovechan el derroche de la gracia y el don de la verdadera rectitud.


Si se entregan a alguien como esclavos, pasan a ser sus esclavos y obedecen sus órdenes, ¿no es así? Si ese dueño es el pecado, irán a la muerte, mientras que obedeciendo a la fe, alcanzarán una vida santa.


Tú le diste poder sobre todos los mortales y quieres que comunique la vida eterna a todos aquellos que le encomendaste.


Con el sudor de tu frente comerás tu pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado. Sepas que eres polvo y al polvo volverás.


Pedro le contestó: 'Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna.


Trabajen, no por el alimento de un día, sino por el alimento que permanece y da vida eterna. Este se lo dará el Hijo del hombre; él ha sido marcado con el sello del Padre.


¡Oh, pueblo mío!, los que debían guiar tus pasos te hacen desviarte y echan a perder el camino que sigues.


Esta es la promesa que él mismo prometió, y que es la vida eterna.


Por el contrario, pesa una maldición sobre todos los que se van a las observancias, pues está escrito: Maldito el que no cumple siempre todo lo que está escrito en la Ley.


pero el que beba del agua que yo le daré nunca volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en un chorro que salta hasta la vida eterna.


La vida honrada lleva a la vida, el que eligió el mal camina a la muerte.


Digan: 'Feliz el justo, pues comerá el fruto de sus obras'; pero: 'Pobre del malo, porque le irá mal, y será tratado según las obras de sus manos.


El segador ya recibe su paga y junta el grano para la vida eterna, y con esto el sembrador también participa en la alegría del segador.


Conocen las sentencias de Dios y saben que son dignos de muerte quienes obran de esa forma. Pero no solamente lo hacen, sino que aprueban a los que actúan de igual modo.


Pero con todas esas cosas de las que ahora se avergüenzan, ¿cuál ha sido el fruto? Al final está la muerte.


Pero no hay sino muerte en lo que ansía la carne, mientras que el espíritu anhela vida y paz.


Si viven según la carne, necesariamente morirán; más bien den muerte a las obras del cuerpo mediante el espíritu, y vivirán.


Yo sé que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni las fuerzas del universo, ni el presente ni el futuro, ni las fuerzas espirituales,


ya sean del cielo o de los abismos, ni ninguna otra criatura podrán apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor.


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