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Romanos 4:6 - Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Así David felicita al que Dios cuenta entre los justos sin que sea el fruto de sus obras:

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Biblia Reina Valera 1960

6 Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 David también habló de lo mismo cuando describió la felicidad de los que son declarados justos sin hacer esfuerzos para lograrlo:

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Como también David declara la bienaventuranza del hombre al cual Dios atribuye justicia sin obras,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 En este sentido, también David proclama dichoso al hombre al que Dios imputa justicia, con independencia de las obras:

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Como David también describe la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin las obras,

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Romanos 4:6
31 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El nos ha salvado y nos ha llamado para una vocación santa, no como premio a nuestros méritos, sino gratuitamente y por iniciativa propia. Esta llamada, que nos concedió en Cristo Jesús desde la eternidad,


Por gracia de Dios ustedes están en Cristo Jesús. El ha pasado a ser sabiduría nuestra venida de Dios, y nuestro mérito y santidad, y el precio de nuestra libertad.


Y quiero encontrarme en él, no teniendo ya esa rectitud que pretende la Ley, sino aquella que es fruto de la fe de Cristo, quiero decir, la reordenación que Dios realiza a raíz de la fe.


Dios hizo cargar con nuestro pecado al que no cometió pecado, para que así nosotros participáramos en él de la justicia y perfección de Dios.


¡Bendito sea Dios, Padre de Cristo Jesús nuestro Señor, que nos ha bendecido en el cielo, en Cristo, con toda clase de bendiciones espirituales!


De este modo la bendición de Abrahán alcanzó a las naciones paganas en Cristo Jesús: por la fe recibimos la promesa, que es el Espíritu.


Justamente recibió el rito de la circuncisión, cuando aún no estaba circuncidado, como un sello o como una señal de que por su fe Dios lo había puesto en un estado de justicia. De manera que Abrahán es el padre de todos los que creen sin haber sido circuncidados, y Dios se lo toma en cuenta para hacerlos justos y santos.


El Evangelio manifiesta cómo Dios nos hace justos, es decir, nos reforma por medio de la fe y para la vida de fe, como dice la Escritura: El que es justo por la fe vivirá.


Ningún arma que hayan forjado contra ti resultará, y harás callar a cualquiera que te acuse. Este es el premio para los servidores de Yavé y la victoria que les garantizo, dice Yavé.


¡Aleluya! ¡Feliz el hombre que teme al Señor y valora mucho sus mandamientos!


Carta de Simeón Pedro, servidor y apóstol de Cristo Jesús, a todos aquellos que tuvieron la suerte, como la tuvimos nosotros, de recibir una fe tan preciosa y de ser renovados por nuestro Dios y Salvador Jesucristo.


¿Por qué se perdió la alegría de aquel tiempo? No miento, pero se habrían sacado los ojos para dármelos.


sino también a nosotros; se nos tomará en cuenta nuestra fe en Aquel que resucitó de entre los muertos a Jesús, nuestro Señor.


Esta felicidad, ¿está reservada sólo para los circuncidados o es también para los incircuncisos? Acabamos de decir que se tomó en cuenta la fe de Abrahán para contarlo entre los justos.


Y ahora, ¿dónde están nuestros méritos? Fueron echados fuera.


Para tu pueblo y tu ciudad santa se han fijado setenta semanas, para que se termine el pecado, para expiar la ofensa, para que venga la justicia eterna, para que se cumpla la visión y la profecía, para ungir al Santo de los Santos.


Entonces Judá estará a salvo, Jerusalén vivirá segura y llevará el nombre de 'Yavé es nuestra justicia'.


Pues así se expresa Yavé respecto a este palacio de Judá: Me gustaría verte ensalzado como el país de Galaad, como una cumbre del Líbano, mas te voy a dejar hecho un desierto o una ciudad sin habitantes.


Feliz eres, ¡oh, Israel! ¿Quién semejante a ti, pueblo salvado por Yavé? El es el escudo que te ampara, la espada que te da la victoria. Tus enemigos quisieran apaciguarte, pero tú, al fin, les pisas el cuello.


Después de mucho tiempo vino el señor de esos servidores y les pidió cuentas.


Por el contrario, al que no puede presentar obras, pero cree en Aquel que hace justos a los pecadores, se le toma en cuenta su fe para hacerlo justo.


Felices aquellos cuyos pecados han sido perdonados, y cuyas ofensas han sido olvidadas.


Y sería fácil decirle a uno: 'Tú tienes fe, pero yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin obras, y yo te mostraré mi fe a través de las obras.


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