Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Romanos 3:22 - Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Mediante la fe según Jesucristo Dios reordena y hace justos a todos los que llegan a la fe. No hay distinción de personas,

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Dios nos hace justos a sus ojos cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo. Y eso es verdad para todo el que cree, sea quien fuere.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

22 la justicia divina mediante la fe de° Jesús el Mesías,° para todos los que creen (porque no hay distinción alguna,

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 justicia de Dios que, por medio de la fe en Jesucristo, llega a todos los que creen -sin ninguna diferencia,

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

22 la justicia de Dios que es por la fe de Jesucristo, para todos y sobre todos los que creen; porque no hay diferencia;

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Romanos 3:22
30 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Así que no hay diferencia entre judío y griego; todos tienen el mismo Señor, que es muy generoso con todo el que lo invoca;'


Ya no hay diferencia entre judío y griego, entre esclavo y hombre libre; no se hace diferencia entre hombre y mujer, pues todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús.


Sin embargo hemos reconocido que las personas no son justas como Dios las quiere por haber observado la Ley, sino por la fe en Cristo Jesús. Por eso hemos creído en Cristo Jesús, para ser hechos justos a partir de la fe en Cristo Jesús, y no por las prácticas de la Ley. Porque el cumplimiento de la Ley no hará nunca de ningún mortal una persona justa según Dios.


Ahora bien, esta condenación ya no existe para los que viven en Cristo Jesús.


Ahí no se hace distinción entre judío y griego, pueblo circuncidado y pueblo pagano; ya no hay extranjero, bárbaro, esclavo u hombre libre, sino que Cristo es todo en todos.


Y quiero encontrarme en él, no teniendo ya esa rectitud que pretende la Ley, sino aquella que es fruto de la fe de Cristo, quiero decir, la reordenación que Dios realiza a raíz de la fe.


Por lo tanto, amigo mío, si eres capaz de juzgar, ya no tienes disculpa. Te condenas a ti mismo cuando juzgas a los demás, pues tú haces lo que estás condenando.


Salto de alegría delante de Yavé, y mi alma se alegra en mi Dios, pues él me puso ropas de salvación y me abrigó con el chal de la justicia, como el novio se coloca su corona, o como la esposa se arregla con sus joyas.


Esto es lo que recuerda la Escritura: Abrahán creyó en Dios, y por eso fue reconocido justo, y fue llamado amigo de Dios.


No ha hecho ninguna distinción entre nosotros y ellos, sino que purificó sus corazones por medio de la fe.


¿Será necesario que se fijen en ti? ¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿por qué te alabas a ti mismo como si no lo hubieras recibido?


Entonces, ¿en qué quedamos? En que los paganos, que no buscaban el camino de rectitud, lo encontraron (hablo de la rectitud que es fruto de la fe).


Pero el padre dijo a sus servidores: '¡Rápido! Traigan el mejor vestido y pónganselo. Colóquenle un anillo en el dedo y traigan calzado para sus pies.


El gobernará este país según la justicia y el derecho. En aquel tiempo Judá gozará de paz, e Israel permanecerá seguro. Y éste es el nombre que le darán: Yavé-nuestra-justicia.


Para tu pueblo y tu ciudad santa se han fijado setenta semanas, para que se termine el pecado, para expiar la ofensa, para que venga la justicia eterna, para que se cumpla la visión y la profecía, para ungir al Santo de los Santos.


Miren lo que puede la fe en su Nombre, pues en su Nombre acaba de ser restablecido este hermano al que ustedes ven y conocen. La fe que él nos inspira es la que lo ha sanado totalmente en presencia de todos ustedes.


El Espíritu me dijo que los siguiera sin vacilar. Me acompañaron estos seis hermanos y entramos en la casa de aquel hombre.


El Evangelio manifiesta cómo Dios nos hace justos, es decir, nos reforma por medio de la fe y para la vida de fe, como dice la Escritura: El que es justo por la fe vivirá.


¡Claro que también es Dios de esas naciones! Pues solamente él es Dios, quien salva al pueblo circuncidado a causa de su fe y a los otros pueblos cuando llegan a la fe.


Por eso la fe es el camino, y todo es don. De este modo la promesa de Abrahán queda asegurada para toda su raza, no sólo para sus hijos según la Ley, sino también para aquellos que por la fe son hijos suyos.


Porque la Ley lleva a Cristo, y es entonces cuando por la fe se llega a ser justo.


Hemos sido bautizados en el único Espíritu para que formáramos un solo cuerpo, ya fuéramos judíos o griegos, esclavos o libres. Y todos hemos bebido del único Espíritu.


y ahora no vivo yo, es Cristo quien vive en mí. Todo lo que vivo en lo humano lo vivo con la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí.


Pero no; la Escritura lo encerró todo en los marcos del pecado, de tal manera que lo prometido llega a los creyentes por medio de la fe en Cristo Jesús.


En él ahora nos acercamos a Dios con plena confianza, con la fe que él nos ha dejado.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម