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Romanos 1:32 - Biblia Católica (Latinoamericana)

32 Conocen las sentencias de Dios y saben que son dignos de muerte quienes obran de esa forma. Pero no solamente lo hacen, sino que aprueban a los que actúan de igual modo.

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Biblia Reina Valera 1960

32 quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

32 Saben bien que la justicia de Dios exige que los que hacen esas cosas merecen morir; pero ellos igual las hacen. Peor aún, incitan a otros a que también las hagan.

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La Biblia Textual 3a Edicion

32 quienes, habiendo entendido el pronunciamiento de Dios: que los que practican tales cosas son dignos de muerte; no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

32 Los cuales, aun conociendo bien el veredicto de Dios, a saber, que los que practican tales cosas son reos de muerte, no sólo las hacen ellos mismos, sino que hasta aplauden a quienes las practican.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

32 quienes conociendo el juicio de Dios, que los que hacen tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que aun consienten a los que las hacen.

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Romanos 1:32
14 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

A pesar de que conocían a Dios, no le rindieron honores ni le dieron gracias como corresponde. Al contrario, se perdieron en sus razonamientos y su conciencia cegada se convirtió en tinieblas.


Pero con todas esas cosas de las que ahora se avergüenzan, ¿cuál ha sido el fruto? Al final está la muerte.


Desde el cielo nos amenaza la indignación de Dios por todas las maldades e injusticias de aquellos que sofocan la verdad con el mal.


Así, pues, ustedes reconocen lo que hicieron sus padres, pero siguen en lo mismo: ellos se deshicieron de los profetas, y ustedes ahora pueden construir.


Si ves un ladrón, corres con él, y entre los adúlteros tienes tu sitio.


Y cuando se derramó la sangre de tu testigo Esteban, yo me encontraba allí; estaba de acuerdo con ellos e incluso guardaba las ropas de los que le daban muerte.


Entusiasman al rey con su astucia, y a los cortesanos, con sus mentiras.


Saulo estaba allí y aprobaba el asesinato. Este fue el comienzo de una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén. Todos, excepto los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaría.


Los que abandonaron la ley aplauden al malvado, los que observan la Ley se indignan contra él.


El pecado paga un salario, y es la muerte. La vida eterna, en cambio, es el don de Dios en Cristo Jesús, nuestro Señor.


Así serán condenados al fin todos los que no quisieron creer en la verdad porque les gustaba más el mal.


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