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Proverbios 6:17 - Biblia Católica (Latinoamericana)

17 la mirada despreciativa, la lengua mentirosa, las manos que derraman sangre inocente,

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Biblia Reina Valera 1960

17 Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 los ojos arrogantes, la lengua mentirosa, las manos que matan al inocente,

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Ojos altivos, lengua mentirosa, Manos que derraman sangre inocente,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 ojos altaneros, lengua mentirosa, manos que vierten sangre inocente,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Los ojos altivos, la lengua mentirosa, y las manos que derraman sangre inocente,

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Proverbios 6:17
34 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Yavé detesta los labios mentirosos, pero favorece a los que pronuncian la verdad.


Cuando rezan con las manos extendidas, aparto mis ojos para no verlos; aunque multipliquen sus plegarias, no las escucharé, porque veo la sangre en sus manos.


Al que denigra en secreto a su prójimo yo lo haré callar; al de ojos altaneros y corazón engreído no lo soportaré.


A los que hablan mentiras los destruyes: Odia el Señor a violentos y embusteros.


Digan: 'Feliz el justo, pues comerá el fruto de sus obras'; pero: 'Pobre del malo, porque le irá mal, y será tratado según las obras de sus manos.


Ojos despreciativos, corazón altanero: lo que en los malos reluce es sólo pecado.


Maldito el que acepta soborno para matar a un inocente. Todo el pueblo dirá: ¡Amén!


Ustedes tienen por padre al diablo y quieren realizar los malos deseos de su padre. Ha sido un asesino desde el principio, porque la verdad no está en él, y no se ha mantenido en la verdad. Lo que le ocurre decir es mentira, porque es un mentiroso y padre de toda mentira.


Por eso, el Señor llenará de sarna la cabeza de las damas de Sión, y quedarán peladas.


El que miente odia al que ofende; lo echa abajo con palabras suaves.


Tú salvarás a un pueblo humilde y humillarás los ojos altaneros.


pero también a causa de la sangre inocente derramada de tal forma en Jerusalén que ésta se había repletado de ella. Yavé ya no quería perdonar.


Así, no se derramará sangre inocente en medio de la tierra que Yavé, tu Dios, te da en herencia; y no serás culpable de este derramamiento.


El hombre bajará sus ojos orgullosos y su soberbia se irá al suelo; sólo Yavé será exaltado aquel día.


personas cuyos ojos son despreciativos y de mirada soberbia,


Un testigo digno de fe dice la verdad; un testigo falso miente tanto como respira.


Enmudece los labios embusteros, que hablan insolencias contra el justo con orgullo y desprecio.


Fuera los perros, los hechiceros, los impuros, los asesinos, los idólatras y todos los que aman y practican la mentira.


También ustedes, los más jóvenes, sean sumisos a la autoridad de los Ancianos. Traten de rivalizar en sencillez y humildad unos con otros, porque Dios resiste a los orgullosos, pero da su gracia a los humildes.


Un lenguaje noble no le cae bien a un tonto, y menos aún la mentira a un príncipe.


'Ven con nosotros, aguardaremos el buen momento -¡y es para matar! Tenderemos una trampa - ¡una trampa al inocente que no la merece!'


Señor, mi corazón no es engreído ni mis ojos altaneros: no he tomado un camino de grandezas ni de prodigios que me superaran.


Enrisca la nariz y no se preocupa: '¡No hay Dios', dice; eso es todo lo que piensa.


¡Mira cómo sus pies corren hacia el mal, cuán rápidamente han derramado sangre!


Hay seis cosas que detesta el Señor, y hasta siete que le causan horror:


El violento que derramó sangre huirá hasta su muerte, ¡no lo detengan!


Pero sepan que yo soy inocente y, si me matan, cargarán con un crimen, tanto ustedes como la ciudad de Jerusalén y todos sus habitantes, porque es verdad que Yavé me ha enviado para decirles en forma directa todas estas palabras.


Además del pecado que Manasés hizo cometer a Judá, haciendo lo que es malo a los ojos de Yavé, derramó hasta tal punto la sangre inocente que Jerusalén quedó repleta de un extremo al otro.


Pero yo por tu inmensa bondad puedo entrar en tu casa; frente a tu santo templo me prosterno con toda reverencia.


Yavé detesta el corazón altanero: no podrá quedar sin castigo.


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