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Proverbios 30:2 - Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Soy más estúpido que cualquiera y me falló el sentido común:

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Biblia Reina Valera 1960

2 Ciertamente más rudo soy yo que ninguno, Ni tengo entendimiento de hombre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Soy demasiado torpe para ser humano y me falta el sentido común.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 En verdad soy el más ignorante de los hombres, Y no tengo inteligencia humana.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Aunque fui el más imbécil de los hombres y no tenía inteligencia humana,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Ciertamente yo soy el más rudo de los hombres, y no tengo entendimiento de hombre.

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Proverbios 30:2
14 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

era estupidez, no cordura y no comprendía más que las bestias.


Que nadie se engañe. Si uno es sabio según el mundo y pasa por tal entre ustedes, que se haga tonto y llegará a ser sabio.


Si alguno de ustedes ve que le falta sabiduría, que se la pida a Dios, pues da con agrado a todos sin hacerse rogar. El se la dará.


El que cree que sabe (algo), es que no sabe todavía qué es conocer;'


Quiero, hermanos, que entiendan este misterio y no se sientan superiores. Una parte de Israel va a quedarse endurecida hasta que el conjunto de las naciones haya entrado;'


Así queda descalificada la sabiduría de los mortales. El platero debería avergonzarse de su ídolo, porque sus estatuas no son más que mentira, que nunca respiran.


¡Ay de mí, estoy perdido, porque soy un hombre de labios impuros y vivo entre un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al rey, Yavé de los Ejércitos!


y dirás: '¿Cómo pude rechazar las advertencias y despreciar tantos sabios consejos?'


El de corazón torpe de esto nada sabe y el insensato nada de esto entiende.


Pues bien, verá que los sabios se mueren, que igual perecen el necio y el estúpido, y dejan para otros su riqueza.


El que acepta que lo corrijan ama el saber; el que aborrece la reprensión es un tonto.


Estas son las palabras de Agur, hijo de Yaqué, originario de Massa. Estas son las sentencias de ese hombre: ¡Me cansé, oh Dios, me cansé y me agoté, oh Dios mío!


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