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Proverbios 29:18 - Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Si no hay visiones el pueblo vive sin freno; ¡feliz el que observa la Ley!'

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Biblia Reina Valera 1960

18 Sin profecía el pueblo se desenfrena; Mas el que guarda la ley es bienaventurado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Cuando la gente no acepta la dirección divina, se desenfrena. Pero el que obedece la ley es alegre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Donde no hay visión profética, el pueblo se desenfrena, Pero, ¡cuán bienaventurado es el que guarda la Ley!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Sin visión, el pueblo se relaja; si observa la ley, vivirá feliz.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

18 Donde no hay visión el pueblo perece; mas el que guarda la ley, es bienaventurado.

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Proverbios 29:18
21 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Jesús replicó: '¡Felices, pues, los que escuchan la palabra de Dios y la observan!'


Todo lo contrario el que fija su atención en la Ley perfecta de la libertad y persevera en ella, no como oyente olvidadizo, sino como activo cumplidor; éste será dichoso al practicarla.


Mi pueblo languidece por falta de conocimiento, y como tú has dejado que se perdiera el conocimiento, yo también haré que pierdas mi sacerdocio. Te has olvidado de mi Ley, y también yo me olvidaré de tus hijos.


Pues bien, ustedes ya saben estas cosas: felices si las ponen en práctica.


El que guarda el mandamiento se guarda a sí mismo; el que desprecia la palabra morirá.


Dichosos los que observan sus testimonios y lo buscan de todo corazón,


El joven Samuel servía a Yavé bajo la mirada de Helí. En ese tiempo la palabra de Yavé era muy rara y las visiones poco frecuentes.


Al contemplar aquel gran gentío, Jesús sintió compasión, porque estaban decaídos y desanimados, como ovejas sin pastor.


Moisés vio que el pueblo estaba sin freno, porque Aarón se lo había quitado, y que sus enemigos habrían tenido toda la razón al despreciarlo.


Ya no vemos signos de ti, ya no hay profetas, y nadie entre nosotros que nos diga hasta cuando.


También son luz para tu siervo, guardarlos es para mí una riqueza.


Felices los que lavan sus ropas, porque así tendrán acceso al árbol de la vida y se les abrirán las puertas de la ciudad.


Así Yavé humillaba a Judá por culpa de Ajaz, su rey, que corrompía a su país y se había apartado de Yavé.


¡Felices los que respetan el derecho y practican la justicia en todo tiempo!


Pues bien, hijos míos, oíganme. ¡Felices los que siguen mis caminos!


No se corrige a un sirviente sólo con palabras, ¡comprende pero no obedece!


Dichosos los que sin yerro andan el camino y caminan según la Ley del Señor.


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