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Proverbios 27:20 - Biblia Católica (Latinoamericana)

20 La muerte y el mundo de abajo nunca están satisfechos: lo mismo el deseo humano.

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Biblia Reina Valera 1960

20 El Seol y el Abadón nunca se sacian; Así los ojos del hombre nunca están satisfechos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Así como la Muerte y la Destrucción nunca se sacian, el deseo del hombre nunca queda satisfecho.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 El Seol y el Abadón no se sacian jamás, Así los ojos del hombre nunca están satisfechos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 El seol y el averno son insaciables; tampoco se sacian los ojos del hombre.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 El infierno y la perdición nunca se hartan: Así los ojos del hombre nunca se sacian.

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Proverbios 27:20
15 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Hay mucho que decir, uno se cansaría de tanto hablar; El ojo no terminará de ver, el oído nunca terminará de oír,


Pues toda la corriente del mundo -la codicia del hombre carnal, los ojos siempre ávidos, y la arrogancia de los ricos- nada viene del Padre, sino del mundo.


Todo el trabajo del hombre es por su boca, pero esto no basta para llenar su alma.


¡Ciertamente es traidora la riqueza! El hombre es un tonto, y no gana nada el que ensancha su codicia y se pone insaciable igual que la muerte, que se apodera de todas las naciones y acapara para él todos los pueblos.


que no deja de extenuarse trabajando, nunca se siente lo bastante rico. Pero ¿para quién trabaja, para quién son esas privaciones? Ese es un mal negocio y que no tiene sentido.


Pero nada ves o conoces sino tu propio interés; y esto, derramando sangre, y manteniendo la opresión y la violencia.


apenas se la ve ya desapareció. Se pone alas e igual que un águila se pierde entre las nubes.


El mundo infernal y la muerte están a la vista de Yavé, ¡cuánto más el corazón de los hombres!


El reino de la muerte no le está oculto, el lugar de los muertos está descubierto ante él.


Las caras no se parecen y mucho menos los corazones.


Ustedes esperaban mucho y lo que amontonaron es muy poco, pues yo lo he soplado. ¿'Por qué? -pregunta Yavé-. Porque mi Casa está en ruinas, mientras cada uno de ustedes corre para arreglar la suya.


Por esto la Muerte ensancha su garganta y abre su enorme hocico, allí baja el esplendor de Sión: con toda la bulla de su gente alegre.


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