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Oseas 7:7 - Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Todos se enardecen como un horno y devoran a sus gobernantes. Así han perecido todos sus reyes sin que ninguno de ellos me pidiera auxilios.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Todos ellos arden como un horno, y devoraron a sus jueces; cayeron todos sus reyes; no hay entre ellos quien a mí clame.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Como un horno ardiente, consumen a sus líderes. Matan a sus reyes uno tras otro, y nadie clama a mí en busca de ayuda.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Todos arden como un horno, devoran a sus gobernantes, Todos sus reyes van cayendo, pero entre ellos no hay quien clame a mí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Todos ellos arden como un horno y queman a sus gobernantes; todos sus reyes cayeron; no hay entre ellos quien me invoque.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 Todos ellos arden como un horno, y devoraron a sus jueces; cayeron todos sus reyes; no hay entre ellos quien a mí clame.

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Oseas 7:7
27 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Oseas, hijo de Elá, tramó entonces una conspiración contra Pecaj, hijo de Remalías; lo asesinó y reinó en su lugar el año veinte de Yotam hijo de Ozías.


Pecaj, hijo de Remalías, su escudero, conspiró contra él y lo asesinó en Samaría en la torre del palacio real. Había contratado a cincuenta hombres de Galaad para asesinar al rey y reinar en su lugar.


Menajem hijo de Gadi subió desde Tirsa y entró en Samaría donde asesinó a Salum, hijo de Jabés; después de eso pasó a ser rey en su lugar.


Salum, hijo de Yabés, conspiró contra él: lo asesinó en Jibleam y fue rey en su lugar.


Se han elegido reyes sin que esto viniera de mí; se han dado jefes que yo no conocía. Con su oro y su plata se han fabricado ídolos, y yo se los quitaré.


Su misma arrogancia condena a Israel, pero no se han vuelto a Yavé, su Dios, ni tratan, a pesar de todo, de buscarlo.


Y, sin embargo, Yavé, tú eres nuestro Padre, somos la greda que tus manos plasmaron, todos nosotros fuimos hechos por tus manos.


Tú, Jacob, no me has invocado, más bien, te habías cansado de mí.


Por eso Yavé ha cortado a Israel cabeza y cola, palmera y junco, en un mismo día.


Son hombres desleales que se rebelan en vez de suplicarle cuando los encadena,


Se lamentan en sus lechos, pero no se acuerdan de invocarme sinceramente; se asustan porque les va a faltar el trigo o el vino, pero continúan alejados de mí.


Volveré a mi casa hasta que se reconozcan culpables y vengan a verme.


Cayó sobre nosotros la desgracia como está escrito en la Ley de Moisés, pero no apaciguamos a Yavé nuestro Dios, renunciando a nuestra mala conducta y prestando atención a su verdad.


He buscado entre ellos a un hombre que construyera una muralla y se enfrentara conmigo sobre la almena para impedirme que destruya al país, pero no lo he hallado.


Entonces Jehú dijo: '¡Deténganlos!' Los apresaron y los degollaron en la Cisterna de Bet-Equed. Eran cuarenta y dos, a ninguno de los cuales dejó Jehú con vida.


En cuanto recibieron la carta, apresaron a los hijos del rey, degollaron a los setenta, pusieron sus cabezas en unos canastos y se las enviaron a Yizreel.


Les dijo: '¡Láncenla por la ventana!' Y la lanzaron. Su sangre salpicó el muro y los caballos que pasaban la pisotearon.


Jehú tendió su arco y disparó una flecha a Yoram, la que penetró por la espalda y le atravesó el corazón; el rey se desplomó en su carro.


Cuando Zimri vio que la ciudad estaba a punto de caer, se encerró en la fortaleza del palacio, le prendió fuego y así murió en el incendio del palacio.


los partidarios de Omri ganaron a los de Tibni, hijo de Guinat: Tibni murió y Omri pasó a ser rey.


Basá lo mató en el tercer año del reinado de Azá de Judá y reinó en su lugar.


¿Dónde está tu rey para que te salve?, ¿y tus jefes para que te protejan? ¿No decías: 'Dame un rey y unos jefes'?'


Pobres de ustedes que meditan la injusticia, que toda la noche traman el mal, y al amanecer lo ejecutan cuando está a su alcance.


¿No comprenderán esos malhechores que, cuando comen, se comen a mi pueblo ¡No le han pedido a Dios la bendición!


Tú has desconcertado a los que vivían como justos, y que te recordaban, siguiendo tus caminos. Te enojaste, pues a lo mejor pecamos; hemos actuado mal, pero tendremos salvación.


Nadie ya invoca tu Nombre ni se despierta para buscarte, sino que tú nos has dado vuelta la cara y nos has dejado a merced de nuestras culpas.


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