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Oseas 2:10 - Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Ella no veía que era yo el que le daba el trigo, el vino y el aceite y quien le proporcionaba en abundancia la plata y el oro que empleó para fabricar el Baal.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Y ahora descubriré yo su locura delante de los ojos de sus amantes, y nadie la librará de mi mano.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 La desnudaré por completo en público, a la vista de todos sus amantes. Nadie podrá librarla de mis manos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Descubriré su infamia ante sus amantes, Y no habrá quien la libre de mi mano.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Pero ella no reconoció que era yo quien le daba el trigo, el mosto y el aceite, y quien le prodigaba la plata y el oro con que ellos fabricaban sus baales.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Y ahora descubriré yo su locura delante de los ojos de sus amantes, y nadie la librará de mi mano.

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Oseas 2:10
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

En tu odio te maltratarán, se apoderarán de todo el fruto de tu trabajo y te dejarán desnuda y sin nada; no te quedará más que la vergüenza por tus prostituciones, desvaríos y mala conducta.


Por lo tanto, no juzguen antes de tiempo; esperen que venga el Señor. El sacará a la luz lo que ocultaban las tinieblas y pondrá en evidencia las intenciones secretas. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que se merece.


Yavé, ¡que tu mano quiebre a tus adversarios, y perezcan todos tus enemigos!


Ustedes llamarán a sus hermanos Mi pueblo, y a sus hermanas, Amadas.


Yo mismo levantaré tus vestidos, hasta tu cara, para que se vea tu vergüenza.


Tú te preguntarás, tal vez: '¿Por qué me suceden todas estas desgracias?' A causa de tu gran perversidad te han arrancado los vestidos y te han pegado en los talones.


Aquel día, el Señor arrancará los adornos, pulseras para los tobillos, cintas y lunetas,


El malvado nunca quedará sin castigo, pero la descendencia de los justos será salvada.


¡Oigan bien los que se olvidan de Dios! pues si doy un zarpazo no habrá quien los libre.


Como una banda de salteadores, los sacerdotes se juntan para asaltar a los que pasan por el camino de Siquem: lo que hacen es una vergüenza.


Los partidos de la impía Atalía y sus hijos habían arruinado la Casa de Dios, llegando incluso a emplear para los baales todas las cosas consagradas de la Casa de Yavé.


Tomaste tus vestidos para decorar los altos lugares en los que te prostituías.


Les presentaste como ofrenda de agradable olor el pan que te había dado, la harina flor, el aceite, la miel con que te alimentaba, palabra de Yavé.


Israel era una viña excelente que daba uva en abundancia. Cuanto más eran los frutos, más multiplicaba sus altares; mientras mejor le iba al país, más embellecía sus pilares sagrados.


Cuando Efraím hablaba, todos temblaban de espanto, pues era poderoso en Israel; pero decayó apenas se puso a pecar con el Baal.


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