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Números 24:5 - Biblia Católica (Latinoamericana)

5 ¡Qué hermosas son tus tiendas, oh Jacob, tus moradas, oh Israel!

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Biblia Reina Valera 1960

5 ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob, Tus habitaciones, oh Israel!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 ¡Qué hermosas son tus carpas, oh Jacob; qué bellos son tus hogares, oh Israel!

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob! Tus habitaciones, ¡oh Israel!,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 ¡Qué hermosas son tus tiendas, oh Jacob, y tus campamentos, oh Israel!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob, tus habitaciones, oh Israel!

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Números 24:5
13 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

oráculo del que escucha las palabras de Dios, que ve lo que el Dios de la Estepa le da a ver, que se postra, y Dios le abre los ojos.


Se estiran como valles, como jardines a orillas de un río, como áloes que ha plantado Yavé, como cedros a orillas de un curso de agua.


Este era el inventario de la Morada de la Alianza, realizado por orden de Moisés y hecho por los levitas bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón.


Durante siete días ustedes vivirán en chozas; todos los hijos de Israel vivirán en chozas,


Los hijos de Israel hicieron todo, tal como Yavé lo había ordenado a Moisés: así acampaban y así emprendían la marcha, cada uno con su tribu, bajo su bandera y con los de su familia.


Cuando Balaam levantó la vista, vio a Israel agrupado por tribus; entonces el espíritu de Dios se apoderó de él.


Feliz eres, ¡oh, Israel! ¿Quién semejante a ti, pueblo salvado por Yavé? El es el escudo que te ampara, la espada que te da la victoria. Tus enemigos quisieran apaciguarte, pero tú, al fin, les pisas el cuello.


Pero no quise escuchar a Balaam y tuvo que bendecirlos: así fue como los libré de sus manos.


porque no recibieron con pan y agua a los israelitas, sino que pagaron a Balaam para que los maldijera, pero nuestro Dios cambió la maldición en bendición'.


Mi alma suspira y hasta languidece por los atrios del Señor; mi corazón y mi carne gritan de alegría al Dios que vive.


Eres toda hermosa, amada mía, en ti no hay ningún defecto.


Eres hermosa, amada mía, como Tirsá, encantadora como Jerusalén, imponente como tropas ordenadas.


¡Que Yavé arranque de las tiendas de Jacob al que haga esto, que no haya nadie que lo defienda en los tribunales ni nadie que presente por él una ofrenda a Yavé!


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