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Nehemías 9:19 - Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Pero tú, en tu inmensa ternura, no los abandonaste en medio del desierto; la columna de nubes no los dejó, sino que los guiaba de día por el camino, y de noche la columna de fuego alumbraba ante ellos el camino por donde iban.

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Biblia Reina Valera 1960

19 tú, con todo, por tus muchas misericordias no los abandonaste en el desierto. La columna de nube no se apartó de ellos de día, para guiarlos por el camino, ni de noche la columna de fuego, para alumbrarles el camino por el cual habían de ir.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 »En tu gran misericordia no los abandonaste para que murieran en el desierto. La columna de nube todavía los guiaba de día, y la columna de fuego les mostraba el camino durante la noche.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Pero Tú, por tus muchas misericordias, no los abandonaste en el desierto: la columna de nube no se apartó de ellos para guiarlos por el camino de día, ni la columna de fuego para alumbrarles el camino por el cual debían andar durante la noche.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 ni aun entonces, por tu gran misericordia, los desamparaste en el desierto: no se apartó de ellos la columna de nube por el día, para guiarlos en el camino, ni la de fuego por la noche, para alumbrarles el camino que habían de seguir.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

19 Tú, con todo, por tus muchas misericordias no los abandonaste en el desierto. La columna de nube no se apartó de ellos de día, para guiarlos por el camino, ni la columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por el cual habían de ir.

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Nehemías 9:19
23 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

se acordaba de su alianza con ellos y se compadecía según su gran amor.


Entonces los dejaste caer en manos de sus enemigos que los oprimieron. Clamaron a ti durante su opresión, y los escuchaste desde lo alto del cielo. En tu inmensa ternura les diste libertadores para que los libraran de manos de sus enemigos.


Porque yo, Yavé, en nada he cambiado; igual que ustedes, hijos de Jacob que todavía no terminan...


Tú los guiaste de día por medio de una columna de nubes y de noche por una columna de fuego, para alumbrar el camino por donde iban caminando.


Pon atención, oh Dios mío, escucha, abre tus ojos, mira nuestra ruina y la ciudad sobre la cual ha sido pronunciado tu Nombre. Te lo suplicamos; no esperamos nada de nuestros méritos, sino que confiamos en tu gran misericordia.


Que el Señor nuestro Dios tenga misericordia y nos perdone porque nos rebelamos contra él.


Se lo han contado a los habitantes de este país. Esta gente sabe que tú estás en medio de tu pueblo, tú Yavé que se le apareciste cara a cara, tú Yavé que estás en medio de ellos en la nube, que caminas delante de ellos en una columna de nube de día y en una columna de fuego de noche.


pero ( ) no quise que mi nombre fuera profanado ante las naciones bajo cuya mirada los había hecho salir.


Pero no quise profanar mi nombre ante las naciones que habían visto cómo los había hecho salir.


El amor de Yavé no se ha acabado, ni se han agotado sus misericordias;'


Jacob, acuérdate de estas cosas pues tú eres mi servidor, Israel. Yo hice de ti mi servidor, Israel ¡no me olvides!


pero en tu inmensa ternura, no los hiciste desaparecer, no los abandonaste, porque eres un Dios lleno de piedad y de ternura.


Porque la Nube de Yavé descansaba sobre la Morada durante el día a la vista de todo el pueblo de Israel, y durante la noche había fuego. Así sucedió a lo largo de su trayecto.


Pero Yavé no abandonará a su pueblo porque sería desacreditar a su nombre, después de lo que ha hecho por su propio pueblo.


A lo largo de su trayecto, los hijos de Israel se ponían en marcha en cuanto la Nube se elevaba de encima de la Morada.


Acuérdate del camino que Yavé, tu Dios, te hizo recorrer en el desierto por espacio de cuarenta años. Te hizo pasar necesidad para probarte y conocer lo que había en tu corazón, si ibas o no a guardar sus mandamientos.


Al que guió a su pueblo en el desierto, porque su amor perdura para siempre.


Pero tuve para con ellos una mirada compasiva, no los destruí ni los exterminé en el desierto.


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