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Nahúm 1:3 - Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Yavé es lento a la cólera pero tremendo en su poder y no deja pasar nada. Camina entre tempestades y huracanes, y las nubes son el polvo de sus pies.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable. Jehová marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes son el polvo de sus pies.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 El Señor es lento para enojarse, pero su poder es grande y nunca deja sin castigo al culpable. Da muestras de su poder en el torbellino y la tormenta; las nubes ondulantes son el polvo bajo sus pies.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 YHVH es lento para la ira, grande en paciencia, Pero no tendrá por inocente al culpable. b YHVH camina en el torbellino y en la tormenta, Y las nubes son el polvo de sus pasos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Bet. Yahveh es paciente y también omnipotente. Yahveh no deja impune al culpable. Tempestad y huracán son su camino, las nubes son el polvo de sus pasos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Jehová es lento para la ira, y grande en poder, no tendrá por inocente al perverso. Jehová marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes son el polvo de sus pies.

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Nahúm 1:3
33 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Grande es nuestro Señor, todo lo puede, no se puede medir su inteligencia.


Se negaron a obedecer; se olvidaron de las maravillas que tú habías realizado para ellos y se les antojó volver a Egipto a su esclavitud. Pero tú, eres un Dios de perdón, lleno de piedad y de ternura, que tardas en enojarte y rico en bondad, y por eso no los abandonaste.


El Señor es ternura y compasión, paciente y lleno de amor.


construyes sobre las aguas tu piso alto. Tú haces tu carro de las nubes y avanzas en alas de los vientos.


El Señor es ternura y compasión, lento a la cólera y lleno de amor;'


Hermanos muy queridos, sean prontos para escuchar, pero lentos para hablar y enojarse,


Entonces Yavé aparecerá por encima de ellos y lanzará sus flechas como relámpagos. El Señor hará resonar la trompeta y marchará en medio de la tormenta del sur.


Pues he aquí que Yavé se presenta en medio del fuego, montado en los carros de la tempestad. Da rienda suelta a su ardiente cólera, sus amenazas son carbones encendidos.


Su corazón es sabio y su fuerza es enorme. ¿Quién puede resistirle inpunemente?


Yavé es paciente y rico en misericordia. Soportas la falta y el pecado, pero no dejas pasar la falta, porque el pecado de los padres lo castigas en los hijos, en los nietos y en los bisnietos.


Miren, viene entre nubes; lo verán todos, incluso los que lo hirieron, y llorarán por su muerte todas las naciones de la tierra. Sí, así será.


Jesús le respondió: 'Así es, tal como tú lo has dicho. Y yo les digo más: a partir de ahora ustedes contemplarán al Hijo del Hombre sentado a la derecha del Dios Todopoderoso, y lo verán venir sobre las nubes del cielo.


Se dirigió a Yavé y le dijo: 'Ah, Yavé, es exactamente lo que yo preveía cuando estaba todavía en mi tierra, y por esto traté de huir a Tarsis. Yo sabía que tú eres un Dios clemente y misericordioso, paciente y lleno de bondad, siempre dispuesto a perdonar.


Mientras seguía contemplando esas visiones nocturnas, vi algo como un hijo de hombre que venía sobre las nubes del cielo; se dirigió hacia el anciano y lo llevaron a su presencia.


Yavé se ha montado en una rápida nube, y llega a Egipto. Los ídolos de Egipto tiemblan al verle y a los egipcios les falla el corazón.


Digan a Dios: ¡Qué terribles son tus obras! Tu fuerza es tal que tus enemigos se convierten en tus aduladores.


Una vez Dios habló, dos cosas yo entendí: Que de Dios es la fuerza,


Yavé respondió a Job en medio de la tempestad, y le dijo:


querías ver si yo pecaría, si pecaba, no dejarme pasar nada.


Rasguen su corazón, y no sus vestidos, y vuelvan a Yavé su Dios, porque él es bondadoso y compasivo; le cuesta enojarse, y grande es su misericordia; envía la desgracia, pero luego perdona.


¡Ahí viene nuestro Dios, que no se calla! Un fuego, delante de él, lo abrasa todo, y a su alrededor ruge la tormenta.


Inclinó los cielos y bajó, una nube oscura tenía bajo sus pies.


Yavé de los Ejércitos intervendrá, con truenos, terremotos y gran estruendo, y el huracán, la tempestad, y la llama de un fuego devorador.


Miren cómo el destructor se levanta como las nubes, sus carros parecen un huracán y sus caballos son más rápidos que las águilas. ¡Pobres de nosotros, estamos perdidos!


Como siembran vientos, cosecharán tempestades. Su trigo no echará espigas, la espiga no dará harina; y si llega a dar algo, se la comerán los extranjeros.


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