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Miqueas 4:3 - Biblia Católica (Latinoamericana)

3 El Señor gobernará las naciones y enderezará a la humanidad. Harán arados de sus espadas y sacarán hoces de sus lanzas. Una nación no levantará la espada contra otra y no se adiestrarán para la guerra.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Y él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 El Señor mediará entre los pueblos y resolverá conflictos entre naciones poderosas y lejanas. Ellos forjarán sus espadas para convertirlas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No peleará más nación contra nación, ni seguirán entrenándose para la guerra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y Él juzgará entre muchos pueblos, y decidirá sobre naciones poderosas, Hasta las más distantes. Forjarán sus espadas en arados y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, Ni se adiestrarán más para la guerra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Él regirá pueblos numerosos, juzgará a poderosas naciones, incluso a las lejanas. Forjarán de sus espadas azadones y de sus lanzas hoces. Ya no alzarán la espada unas contra otras las naciones, ni se adiestrarán más en la guerra.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Y juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.

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Miqueas 4:3
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Hará de árbitro entre las naciones y a los pueblos dará lecciones. Harán arados de sus espadas y sacarán hoces de sus lanzas. Una nación no levantará la espada contra otra y no se adiestrarán para la guerra.


Aquel día, dice Yavé, ya no me llamarás más 'Señor mío', sino que me dirás 'Marido mío'.


Tiene ya fijado un día en que juzgará a todo el mundo con justicia, valiéndose de un hombre que ha designado, y al que todos pueden creer, pues él lo ha resucitado de entre los muertos.


El lobo pastará junto con el cordero; el león comerá paja como el buey y la culebra se alimentará de tierra. No harán más daño ni perjuicio en todo mi santo cerro, dice Yavé.


delante del Señor, porque ya viene, porque ya viene a juzgar a la tierra. Al mundo con justicia juzgará, y a los pueblos, según su verdad.


Vi el cielo abierto y apareció un caballo blanco. El que lo monta se llama 'Fiel' y 'Veraz'. Es el que juzga y lucha con justicia.


Entonces saldrá Yavé a combatir; peleará con esas naciones como lo hace en los días de batalla.


Destruirá los carros de Efraím y los caballos de Jerusalén. Entonces se podrá romper el arco con flechas, pues él dictará la paz a las naciones. Extenderá su dominio de un mar al otro mar, y desde el Eufrates hasta el fin del mundo.


Hasta sobre los siervos y las sirvientas derramaré mi Espíritu en aquellos días.


En tiempo de esos reinos, el Dios del Cielo suscitará un reino que nunca será destruido; su poder no pasará a pueblo alguno. Derrotará y destruirá a todos los reinos y los reemplazará para siempre.


El país o el reino que no quiera obedecerte, perecerá, y las naciones serán destruidas totalmente.


Mi justicia está por llegar; ya he mandado mi salvación y aquí vengo yo para gobernar a los pueblos. Las islas también esperan en mí y cuentan con mi intervención.


Por eso, te proclama un pueblo poderoso, y la ciudad respetada por las naciones te teme.


El Señor ha lanzado una sentencia contra Jacob, y ha caído en Israel.


Oh Dios, ponte de pie, juzga la tierra, pues tú dominas todas las naciones.


Florecerá en sus días la justicia, y una gran paz hasta el fin de las lunas.


Pone fin a la guerra en todo el país, rompe el arco y en dos parte la lanza y consume los carros en el fuego.


¡Cuando truena en los cielos el Altísimo, los que odian a Yavé son aplastados! Yavé manda hasta el confín del mundo, da la fuerza a su rey y hace invencible a su Mesías'.


Que montes y colinas traigan al pueblo la paz y la justicia.


Así habla Yavé de los Ejércitos: 'Llegarán a Jerusalén gente de diversos países, habitantes de grandes ciudades.


Paren y reconozcan que soy Dios, muy por encima de los pueblos y muy alto sobre la tierra.


Ese día haré un pacto con las fieras salvajes, con las aves de rapiña y las serpientes de la tierra, para que no le hagan daño. Romperé el arco y la espada, alejaré de su tierra la guerra, y haré que la gente duerma segura ahí.


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