Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Mateo 9:12 - Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Jesús los oyó y dijo: 'No es la gente sana la que necesita médico, sino los enfermos.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

12 Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Cuando Jesús los oyó, les dijo: «La gente sana no necesita médico, los enfermos sí».

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

12 Pero cuando Él lo oyó, dijo: No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Cuando él lo oyó, dijo: 'No necesitan médico los sanos, sino los enfermos.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

12 Y oyéndolo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Mateo 9:12
17 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pero Jesús tomó la palabra y les dijo: 'No son las personas sanas las que necesitan médico, sino las enfermas.


Pero la gente lo supo y partieron tras él. Jesús los acogió y volvió a hablarles del Reino de Dios mientras devolvía la salud a los que necesitaban ser atendidos.


Jesús los oyó y les dijo: 'No es la gente sana la que necesita médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.


Yo, sin embargo, me apresuraré a que se restablezcan y mejoren; les devolveré la salud y les haré gozar de mucha paz y seguridad.


¡Devuélveme la salud, Yavé, y quedaré sano! ¡Sálvame y estaré a salvo! Pues mi esperanza eres tú.


sana los corazones destrozados y venda sus heridas.


Asiria no nos salvará, ni confiaremos más en los caballos, ni a la estatua que hicieron nuestras manos volveremos a decirle Dios nuestro; en ti sólo encuentra compasión el huérfano.


Ya que a ti te llamaban La Abandonada, nuestra presa, de quien nadie se preocupa, yo voy a devolver el vigor a tu cuerpo y voy a sanar tus llagas, dice Yavé.


Entonces una mujer, que padecía hemorragias desde hacía doce años y a la que nadie había podido curar,


Yo dije: 'Señor, apiádate de mí, sáname porque he pecado contra ti'.


Ten compasión de mí que estoy sin fuerzas; sáname pues no puedo sostenerme.


¿No hay, acaso, bálsamo en Galaad ni queda allí ningún médico? ¿Cómo es, pues, que no mejora la salud de la hija de mi pueblo?


Reciban los saludos de Lucas, nuestro querido médico, y de Demás.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម