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Mateo 11:11 - Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Yo se lo digo: de entre los hijos de mujer no se ha manifestado uno más grande que Juan Bautista, y sin embargo el más pequeño en el Reino de los Cielos es más que él.

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Biblia Reina Valera 1960

11 De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 »Les digo la verdad, de todos los que han vivido, nadie es superior a Juan el Bautista. Sin embargo, hasta la persona más insignificante en el reino del cielo es superior a él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 De cierto os digo: Entre los nacidos de mujeres, no ha sido levantado uno mayor que Juan el Bautista, pero el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Os lo aseguro: entre los nacidos de mujer, no ha surgido uno mayor que Juan el Bautista. Con todo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 De cierto os digo: Entre los nacidos de mujer jamás se levantó uno más grande que Juan el Bautista; pero el que es más pequeño en el reino del cielo, más grande es que él.

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Mateo 11:11
31 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Yo les digo que entre los hijos de mujer no hay ninguno más grande que Juan Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de Dios es más que él.


A mí, el menor de todos los creyentes, se me concedió esta gracia de anunciar a los pueblos paganos la incalculable riqueza de Cristo


Juan dio testimonio de él; dijo muy fuerte: 'De él yo hablaba al decir: El que ha venido detrás de mí, ya está delante de mí, porque era antes que yo.


Por tanto, el que ignore el último de esos mandamientos y enseñe a los demás a hacer lo mismo, será el más pequeño en el Reino de los Cielos. En cambio el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los Cielos.


Yo los bautizo en el agua, y es el camino a la conversión. Pero después de mí viene uno con mucho más poder que yo -yo ni siquiera merezco llevarle las sandalias-, él los bautizará en el Espíritu Santo y el fuego.


y les dijo: 'El que recibe a este niño en mi nombre, me recibe a mí, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. El más pequeño entre todos ustedes, ése es realmente grande.


Los profetas hablaron de ese favor que ustedes iban a recibir y se preguntaron o quisieron saber más al respecto.


Es que Dios veía más lejos y pensaba en nosotros, y no debían llegar al término antes que nosotros.


Porque yo soy el último de los apóstoles y ni siquiera merezco ser llamado apóstol, pues perseguí a la Iglesia de Dios.


En esos asuntos deberían poner de jueces a los últimos de la comunidad.


Mucha gente acudió a él, y decían: 'Juan no hizo ninguna señal milagrosa, pero todo lo que dijo de éste era verdad.


Es necesario que él crezca y que yo disminuya.


Pues mi falta yo bien la conozco y mi pecado está siempre ante mí;'


¿Qué es el hombre y cómo podría ser puro? ¿Cómo puede ser justo un hombre nacido de mujer?


¿Quién podrá sacar lo puro de lo impuro? ¡Nadie!


El hombre nacido de mujer tiene corta vida y llena de problemas.


Juan era una antorcha que ardía e iluminaba, y ustedes por un tiempo se sintieron a gusto con su luz.


y aunque viene detrás de mí, yo no soy digno de soltarle la correa de su sandalia.


Ese día, también, Yavé protegerá de tal forma a los habitantes de Jerusalén que el más débil de entre ellos será como David, y la familia de David, que los encabezará, será como Dios, como el ángel de Yavé.


Decía esto Jesús refiriéndose al Espíritu Santo que recibirían los que creyeran en él. Todavía no se comunicaba el Espíritu, porque Jesús aún no había entrado en su gloria.


Entonces la luna alumbrará como el sol, y la luz del sol será siete veces más fuerte el día en que Yavé vende la herida de su pueblo y le haga una curación a las magulladuras de sus golpes.


¿Cómo puede un hombre justificarse ante Dios? ¿Cómo será puro el que nació de mujer?


Por eso, esto dice Yavé, el Dios de Israel: Yo había declarado que tu casa, la de tu padre, permanecería para siempre a mi servicio. ¡Pero ahora, dice Yavé, se acabó! Porque honro a los que me honran, pero los que me desprecian serán menospreciados.


De ellos éramos también nosotros, y nos dejamos llevar por las codicias humanas, obedeciendo a los deseos de nuestra naturaleza y consintiendo sus proyectos, e íbamos directamente al castigo, lo mismo que los demás.


acaba de manifestarse ahora con la aparición de Cristo Jesús, nuestro Salvador, que ha destruido la muerte y ha hecho resplandecer en su Evangelio la vida y la inmortalidad.


porque este hijo tuyo será un gran servidor del Señor. No beberá vino ni licor, y estará lleno del Espíritu Santo ya desde el seno de su madre.


Por aquel tiempo se presentó Juan Bautista y empezó a predicar en el desierto de Judea;'


Este es el hombre de quien la escritura dice: Yo voy a enviar mi mensajero delante de ti, para que te preceda abriéndote el camino.


Desde los días de Juan Bautista hasta ahora el Reino de Dios es cosa que se conquista, y los más decididos son los que se adueñan de él.


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