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Malaquías 2:2 - Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Ya las he maldecido, porque ninguno de ustedes toma su oficio en serio.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Si no oyereis, y si no decidís de corazón dar gloria a mi nombre, ha dicho Jehová de los ejércitos, enviaré maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones; y aun las he maldecido, porque no os habéis decidido de corazón.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Escúchenme y decidan honrar mi nombre —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—, o enviaré una maldición terrible contra ustedes. Maldeciré hasta las bendiciones que reciban. En realidad ya las he maldecido, porque ustedes no han tomado a pecho mi advertencia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Si no escucháis, ni hacéis caso de ello para dar gloria a mi Nombre, dice YHVH Sebaot, haré recaer la maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones. Sí, las maldeciré porque no hacéis caso de mi mandato.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Si no escucháis y no hacéis la intención firme de dar gloria a mi nombre -dice Yahveh Sebaot-, lanzaré contra vosotros la maldición y maldeciré vuestras bendiciones. Las maldeciré porque ninguno de vosotros lo hacéis de corazón.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Si no oyereis, y si no pusiereis en vuestro corazón el dar gloria a mi nombre, dice Jehová de los ejércitos, yo enviaré maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones; y ya las he maldecido, porque no lo ponéis en vuestro corazón.

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Malaquías 2:2
31 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Gritaba con fuerza: 'Rindan a Dios gloria y honor, porque ha llegado la hora de su juicio. Adoren al que hizo el cielo, la tierra, el mar y los manantiales de agua.


¿Así que ninguno volvió a glorificar a Dios fuera de este extranjero?'


Que un traidor los invite a cenar, y se vuelva una trampa su banquete.


Si alguno habla, que sean palabras de Dios; si cumple algún ministerio, hágalo con el poder de Dios, para que Dios sea glorificado en todo por Cristo Jesús. A él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.


Por eso los maldigo, a todos ustedes israelitas, que son unos tramposos.


Pero la casa de Israel no querrá escucharte, porque no quiere escucharme; todos tienen la cabeza dura y el corazón obstinado.


Los hombres fueron abrasados y empezaron a insultar a Dios, que tiene poder sobre tales plagas, en vez de reconocerle y darle gloria.


Ustedes esperaban mucho y lo que amontonaron es muy poco, pues yo lo he soplado. ¿'Por qué? -pregunta Yavé-. Porque mi Casa está en ruinas, mientras cada uno de ustedes corre para arreglar la suya.


ustedes han sembrado mucho, pero han cosechado poco; han comido, pero se han quedado con hambre; han bebido, pero han seguido con sed; se han vestido, pero no estaban bien abrigados. Y el obrero pone el dinero que ha ganado en un bolsillo roto.


Por lo tanto, así dice Yavé: 'Ustedes no me han escuchado al no conceder la libertad a su prójimo. Pues bien, voy a dejar libres contra ustedes a la espada, a la peste y al hambre, y llegarán a ser un ejemplo espantoso para todas las naciones de la tierra.


¿Quién te asustó y a quién tuviste miedo, para traicionarme así ? No te acordabas, ni hacías caso de mí. Yo, ¿no fue así?, me hice el desentendido, como que no había visto nada, por eso tú no me tuviste miedo.


Tú decías: 'Para siempre dominaré. Y no te fijabas en lo que sucedía, ni pensabas cuál sería el fin.


Por eso les hizo sufrir el ardor de su enojo y los horrores de la guerra. Todo fue presa del fuego, pero ellos no entendieron; todo ha sido consumido, pero no prestaron atención.


Entonces Josué dijo a Acán: '¡Di la verdad delante de Yavé, el Dios de Israel, hijo mío! ¡Ríndele homenaje! Dime lo que hiciste y no me ocultes nada'.


Yavé maldice la casa del malvado, bendice la morada de los justos.


Para ustedes, sacerdotes, es también esta advertencia. Si no la escuchan ni se preocupan de glorificar mi nombre, dice Yavé de los Ejércitos, les lanzaré la maldición y maldeciré también sus bendiciones.


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