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Lucas 6:21 - Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Felices ustedes los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios. Felices ustedes los que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Felices ustedes los que lloran, porque reirán.

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Biblia Reina Valera 1960

21 Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Dios los bendice a ustedes, que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Dios los bendice a ustedes, que ahora lloran, porque a su debido tiempo reirán.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

21 Bienaventurados los que ahora tenéis hambre; porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.

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Lucas 6:21
56 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Jesús les dijo: 'Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed.


Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.


Feliz el hombre que soporta pacientemente la prueba, porque, después de probado, recibirá la corona de vida que el Señor prometió a los que lo aman.


Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.


Felices los que lloran, porque recibirán consuelo.


ya no sufrirán más hambre ni sed ni se verán agobiados por el sol ni por viento abrasador alguno,


¡Pobres de ustedes los que ahora están satisfechos, porque después tendrán hambre! ¡Pobres de ustedes los que ahora ríen, porque van a llorar de pena!


Hasta el presente pasamos hambre, sed, frío; somos abofeteados, y nos mandan a otra parte.


Jesús le dijo: 'Si conocieras el don de Dios, si supieras quién es el que te pide de beber, tú misma le pedirías agua viva y él te la daría.


Partieron en medio de lágrimas, pero los hago regresar contentos; los voy a llevar a los arroyos por un camino plano para que nadie se caiga. Pues he llegado a ser un padre para Israel y Efraím es mi primogénito.


Sí, pueblo de Sión, que vives en Jerusalén, ya no llorarás más. El se compadecerá de ti al sentir tus lamentos, lo llamarás y te atenderá.


Dio de beber a la garganta seca y a los hambrientos los colmó de bienes.


Y yo, como justo, contemplaré tu rostro, y al despertar, me saciaré de tu semblante.


Sara dijo: 'Dios me ha hecho reír, y todos los que se enteren se reirán también.


Entonces Abrahán, agachándose hasta tocar la tierra con su cara, se puso a reír, pues pensaba: '¿Acaso le va a nacer un hijo a un hombre de cien años? ¿Y puede Sara, a sus noventa años, dar a luz?'


Y oí una voz que clamaba desde el trono: 'Esta es la morada de Dios con los hombres; él habitará en medio de ellos; ellos serán su pueblo y él será Dios-con-ellos;'


Por eso acepto con gusto lo que me toca sufrir por Cristo: enfermedades, humillaciones, necesidades, persecuciones y angustias. Pues si me siento débil, entonces es cuando soy fuerte.


Trabajos y agotamiento, con noches sin dormir, con hambre y sed, con muchos días sin comer, con frío y sin abrigo.


nos tocan mil penas, y permanecemos alegres. Somos pobres, y enriquecemos a muchos, no tenemos nada, y lo poseemos todo.


y le dice: 'Recorre Jerusalén, marca con una cruz en la frente a los hombres que se lamentan y que gimen por todas esas prácticas escandalosas que se realizan en esta ciudad.


Los que escapen vagarán por la montaña como palomas asustadas; todos morirán, a causa de su pecado.


Yo daré de beber al alma agotada y saciaré a la que se desmaya.


Si ustedes no hacen caso a este aviso, lloraré en silencio por ese su orgullo, y mis ojos verterán lágrimas cuando el rebaño de Yavé sea llevado cautivo.


¿Quién me diera, en el desierto, una posada de viajeros, para dejar a mi pueblo e irme lejos de ellos? Porque son todos unos adúlteros, una pandilla de traidores.


Alégrense con Jerusalén, y que se feliciten por ella todos los que la aman. Siéntanse, ahora, muy contentos con ella todos los que por ella anduvieron de luto,


Yavé de los Ejércitos está preparando para todos los pueblos, en este cerro, una comida con jugosos asados y buenos vinos, un banquete de carne y vinos escogidos.


Alargo a ti mis manos, mi alma es una tierra sedienta de ti.


De mis ojos han brotado ríos de lágrimas, al ver que no se observa tu Ley.


Feliz tu invitado, tu elegido para hospedarse en tus atrios. Sácianos con los bienes de tu casa, con las cosas sagradas de tu Templo.


El Señor es mi fuerza y mi escudo, mi corazón confiaba en él, y me socorrió; por eso mi corazón se alegra y le canto agradecido.


El, entonces, levantó los ojos hacia sus discípulos y les dijo:


Felices ustedes si los hombres los odian, los expulsan, los insultan y los consideran unos delincuentes a causa del Hijo del Hombre.


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