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Lucas 12:32 - Biblia Católica (Latinoamericana)

32 No temas, pequeño rebaño, porque al Padre de ustedes le agradó darles el Reino.

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Biblia Reina Valera 1960

32 No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

32 »Así que no se preocupe, pequeño rebaño. Pues al Padre le da mucha felicidad entregarles el reino.

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La Biblia Textual 3a Edicion

32 No temáis manada pequeña,° porque vuestro Padre se complació en daros el reino.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

32 No temas, pequeño rebaño; que ha tenido a bien vuestro Padre daros el reino.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

32 No temáis, manada pequeña; porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.

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Lucas 12:32
30 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Por eso, si hemos recibido el reino que no se puede conmover, conservemos esta gracia y sirvamos a Dios como él desea, con amor y de verdad,


y por su sangre nos ha purificado de nuestros pecados, haciendo de nosotros un reino y una raza de sacerdotes de Dios, su Padre. A él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.


Pues Dios es el que produce en ustedes tanto el querer como el actuar para agradarle.


En ese momento Jesús se llenó del gozo del Espíritu Santo y dijo: 'Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos y se las has dado a conocer a los pequeñitos. Sí, Padre, pues tal ha sido tu voluntad.


Entonces el Rey dirá a los que están a su derecha: 'Vengan, benditos de mi Padre, y tomen posesión del reino que ha sido preparado para ustedes desde el principio del mundo.


Como pastor, lleva a pastar a su rebaño, y su brazo lo reúne toma en brazos a los corderos, y conduce a las paridas.


Estos son nuestros pensamientos en todo momento mientras rogamos por ustedes: que nuestro Dios los haga dignos de su llamada y que, por su poder, lleve a efecto sus buenos propósitos, haciendo que su fe sea activa y eficiente.


y se les facilitará generosamente la entrada al reino eterno de nuestro Señor y Salvador, Cristo Jesús.


En seguida Jesús les dijo: 'Animo, no teman, que soy yo.


Y yo pensaba: '¡Cómo quisiera contarte entre mis hijos, darte como herencia un país maravilloso, que sobresalga entre todas las naciones!' Y añadí: 'Me llamarás 'Padre mío' y nunca más te apartarás de mí.


No necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque Dios mismo será su luz, y reinarán por los siglos para siempre.


Estas han de ser para ustedes una muestra del justo juicio de Dios, pues deben mostrarse dignos de ese Reino de Dios por el cual ahora padecen.


El pecado paga un salario, y es la muerte. La vida eterna, en cambio, es el don de Dios en Cristo Jesús, nuestro Señor.


Miren, hermanos, ¿acaso no ha escogido Dios a los pobres de este mundo para hacerlos ricos en la fe? ¿No les dará el reino que prometió a quienes lo aman?


Jesús contestó: 'Mi realeza no procede de este mundo. Si fuera rey como los de este mundo, mis guardias habrían luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reinado no es de acá.


No temas, raza de Jacob, más indefensa que un gusano. Yo soy tu socorro, dice Yavé, el Santo de Israel es el que te rescata.


Así sucederá: los últimos serán primeros, y los primeros serán últimos.


Cuídense de los falsos profetas: se presentan ante ustedes con piel de ovejas, pero por dentro son lobos feroces.


Todos andábamos como ovejas errantes, cada cual seguía su propio camino, y Yavé descargó sobre él la culpa de todos nosotros.


Cuiden de sí mismos y de todo el rebaño en el que el Espíritu Santo les ha puesto como obispos (o sea, supervisores): pastoreen la Iglesia del Señor, que él adquirió con su propia sangre.


Sé que después de mi partida se introducirán entre ustedes lobos voraces que no perdonarán al rebaño.


Pues el mundo, con su sabiduría, no reconoció a Dios cuando ponía por obra su sabiduría; entonces a Dios le pareció bien salvar a los creyentes con esta locura que predicamos.


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