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Levítico 8:35 - Biblia Católica (Latinoamericana)

35 Ustedes quedarán día y noche a la entrada de la Tienda de las Citas durante siete días. Ustedes deberán observar estas normas no sea que mueran, pues él mismo lo ordenó así.

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Biblia Reina Valera 1960

35 A la puerta, pues, del tabernáculo de reunión estaréis día y noche por siete días, y guardaréis la ordenanza delante de Jehová, para que no muráis; porque así me ha sido mandado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

35 Ahora permanezcan a la entrada del tabernáculo día y noche durante siete días y hagan todo lo que el Señor exige. Si no lo hacen, morirán, porque esto es lo que el Señor ha ordenado».

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La Biblia Textual 3a Edicion

35 En la entrada de la Tienda de Reunión permaneceréis día y noche por siete días, vigilando la ordenanza de YHVH para que no muráis, pues así me fue ordenado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

35 Permaneceréis siete días, día y noche, a la entrada de la tienda del encuentro, y guardaréis lo que ha mandado Yahveh, para que no muráis, porque así me ha sido ordenado'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

35 A la puerta, pues, del tabernáculo de la congregación estaréis día y noche por siete días, y guardaréis la ordenanza delante de Jehová, para que no muráis; porque así me ha sido mandado.

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Levítico 8:35
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Permanece fiel a Yavé, tu Dios, anda por sus caminos, observa sus leyes, sus mandamientos, sus ordenanzas y sus preceptos, tales como están escritos en la ley de Moisés. De ese modo te irá bien en todo lo que hagas


Amarás, pues, a Yavé, tu Dios, y cumplirás todos los días cuanto te tiene ordenado: sus ordenanzas, sus mandamientos y sus preceptos.


Si la nube se detenía mucho tiempo, los hijos de Israel respetaban la orden de Yavé y no partían.


y compartirán la responsabilidad de Aarón y de toda la comunidad en todo lo referente a la Tienda de las Citas; estarán a cargo del servicio de la Morada.


Así, pues, todo es insuficiente en los sumos sacerdotes que la Ley establece, mientras que ahora, después de la Ley, Dios habla y pronuncia un juramento para establecer al Hijo eternamente perfecto.


Te ruego delante de Dios y de Cristo Jesús, juez de vivos y muertos, que ha de venir y reinar, y te digo:


Timoteo, conserva el depósito, evita las palabrerías inútiles y mundanas así como las discusiones procedentes de una falsa ciencia.


Exige a los ricos que no sean arrogantes ni confíen en las riquezas, que son siempre inseguras; que más bien confíen en Dios, que nos proporciona todo generosamente para que lo disfrutemos.


Ahora te doy una orden en presencia del Dios que da vida al universo entero, y de Cristo Jesús, que dio su magnífico testimonio ante Poncio Pilato:


Te pido insistentemente ante Dios, Cristo Jesús y los santos ángeles que observes estas reglas con imparcialidad, sin hacer diferencias.


Al darte estas recomendaciones, Timoteo, hijo mío, pienso en las profecías que fueron pronunciadas sobre ti; que ellas te guíen en el buen combate que debes realizar.


Teniendo, pues, tales promesas, queridos hermanos, purifiquémonos de toda mancha del cuerpo y del espíritu, haciendo realidad la obra de nuestra santificación en el temor de Dios.


Ese territorio será para los sacerdotes consagrados, esos descendientes de Sadoc que aseguraron mi servicio y no siguieron a los israelitas en su desvarío como lo hicieron los levitas.


Durante siete días ofrecerás diariamente un chivo como expiación; se sacrificará igualmente un novillo y un carnero sacado del rebaño.


Se purificará con esa agua el tercero y séptimo día, después de lo cual quedará puro. Pero si no se purifica al tercero y séptimo día, seguirá impuro.


El que ha sido purificado lavará sus vestidos, se afeitará todo su pelo, se bañará en agua y quedará puro, y luego volverá al campamento. Pero tiene que quedarse primero siete días fuera de su tienda,


Nadab y Abiohú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, pusieron fuego en ellos y, sobre este fuego, incienso que ofrecieron a Yavé. Pero este fuego no correspondía a sus órdenes.


Después Moisés tomó el óleo de la unción y sangre de la que había encima del altar y roció a Aarón y sus vestiduras, como también a sus hijos y sus vestiduras. Así, pues, los consagró.


Harás, pues, con Aarón y sus hijos todo lo que te mando. La consagración durará siete días.


Moisés añadió: Acabamos de hacer lo que Yavé ordenó: hicimos la expiación por ustedes.


Aarón y sus hijos hicieron todo como Yavé ordenó por boca de Moisés.


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