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Levítico 6:2 - Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Da esta orden a Aarón y a sus hijos: Esta será la ley del holocausto, es decir de la víctima totalmente quemada. La dejarán en el altar durante todo la noche hasta el amanecer; el fuego del altar no se apagará.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Cuando una persona pecare e hiciere prevaricación contra Jehová, y negare a su prójimo lo encomendado o dejado en su mano, o bien robare o calumniare a su prójimo,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 «Supongamos que uno de ustedes peca contra su socio y es infiel al Señor. Supongamos que comete una estafa en un trato que involucra un depósito en garantía, o roba, o comete fraude,

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Si una persona peca y comete prevaricación contra YHVH, ya sea engañando a su prójimo en cuanto a depósito o prenda confiada en su mano, o por hurto, o por extorsión a su prójimo,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 'Da a Aarón y a sus hijos la orden siguiente: ésta es la ley del holocausto: el holocausto estará sobre las brasas, encima del altar, toda la noche hasta la mañana. El fuego del altar se mantendrá siempre encendido.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Y si un alma pecare e hiciere prevaricación contra Jehová, y negare a su prójimo lo encomendado o dejado en su mano, o robare, o engañare a su prójimo;

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Levítico 6:2
25 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

No se mientan unos a otros: ustedes se despojaron del hombre viejo y de sus vicios


Podías guardar tu propiedad y, si la vendías, podías también quedarte con todo. ¿Por qué has hecho eso? No has mentido a los hombres, sino a Dios.


No atestigües a la ligera contra tu prójimo, ¿querrías pues mentir?


No hurtarán, no mentirán, ni se engañarán mutuamente.


Si alguno ha pecado por error, al no dar todo lo que debía consagrar a Yavé, ofrecerá por su pecado un carnero sin defecto, una res de ganado menor que tú apreciarás según lo que vale en siclos de plata, según el peso del santuario.


Fuera los perros, los hechiceros, los impuros, los asesinos, los idólatras y todos los que aman y practican la mentira.


Por eso, no más mentiras; que todos digan la verdad a su prójimo, ya que todos somos parte del mismo cuerpo.


Ustedes tienen por padre al diablo y quieren realizar los malos deseos de su padre. Ha sido un asesino desde el principio, porque la verdad no está en él, y no se ha mantenido en la verdad. Lo que le ocurre decir es mentira, porque es un mentiroso y padre de toda mentira.


Tus ojos son puros y no soportas el mal y ni puedes ver la opresión. ¿Por qué, entonces, miras a los traidores y observas en silencio cómo el malvado se traga a otro más bueno que él?


Ahí están sus palabras: '¿Cuándo pasará la fiesta de la luna nueva, para que podamos vender nuestro trigo? Que pase el sábado, para que abramos nuestras bodegas, pues nos irá tan bien que venderemos hasta el desecho. Vamos a reducir la medida, aumentar los precios y falsear las balanzas.


Viven en la mentira y la mentira les impide conocerme.


¡Ay de ti, salteador que no has sido saqueado, traidor que no has sido traicionado! Cuando hayas terminado tus asaltos, te saltearán, y cuando hayas acabado con tus robos, te pillarán.


Desde el fin del mundo se escuchan cantos: 'Gloria al Justo. Y pensar que yo decía: ¡Pobre de mí!, ¡pobre de mí!, no hay más que traidores y traición.


Una visión siniestra se presenta a mis ojos: El traidor traiciona, y el salteador saquea: '¡Arriba, elamitas! ¡ataquen, medos!' - 'Hice callar los últimos gemidos.


así es el que miente a su prójimo antes de decirle: '¡Era una broma!'


Que mi alma quede limpia de malicia, purifícame de mi pecado.


Pues no hay duda de que cometió un delito a los ojos de Yavé.


Cuando la gente de aquel país le preguntaba quién era la mujer que iba con él, les decía: 'Es mi hermana. Porque tenía miedo a decir que era su esposa, para que no lo fueran a matar por causa de Rebeca, que era muy bonita.


Si quiere ofrecer un holocausto, es decir una víctima totalmente quemada, presentará a la entrada de la Tienda de las Citas el macho sin defecto que haya escogido, y así su sacrificio será agradable a Yavé.


La sala que mira al norte está reservada a los sacerdotes que prestan servicios en el altar. Entre los levitas, los hijos de Sadoc tienen el privilegio de acercarse a Yavé y de servirlo.


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