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Levítico 26:30 - Biblia Católica (Latinoamericana)

30 Destruiré sus santuarios altos, demoleré sus monumentos, amontonaré sus cadáveres sobre los cadáveres de sus sucios ídolos y les tendré asco.

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Biblia Reina Valera 1960

30 Destruiré vuestros lugares altos, y derribaré vuestras imágenes, y pondré vuestros cuerpos muertos sobre los cuerpos muertos de vuestros ídolos, y mi alma os abominará.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

30 Destruiré sus santuarios paganos y derribaré sus lugares de culto. Dejaré sus cuerpos sin vida apilados sobre sus ídolos sin vida, y los despreciaré.

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La Biblia Textual 3a Edicion

30 Demoleré vuestros lugares altos, derribaré vuestras imágenes solares,° y amontonaré vuestros cadáveres sobre los cadáveres de vuestros ídolos, y mi alma os abominará.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 Destruiré vuestros lugares altos, abatiré vuestras estelas solares, amontonaré vuestros cadáveres sobre los cadáveres de vuestros ídolos, y mi alma sentirá hastío de vosotros.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

30 Y destruiré vuestros lugares altos, y talaré vuestras imágenes, y pondré vuestros cuerpos muertos sobre los cuerpos muertos de vuestros ídolos, y mi alma os abominará;

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Levítico 26:30
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Mandó a ejecutar en sus altares a todos los sacerdotes de los Altos Lugares que estaban allí; mandó quemar allí huesos humanos y después regresó a Jerusalén.


Ahora bien, así es como será pagada la falta de Jacob, como será expiado su pecado: tendrá que hacer pedazos sus altares y moler sus piedras como se hace polvo la piedra de cal, y no levantar más postes sagrados o monumentos de piedra en honor al sol.


Sabrán que yo soy Yavé cuando los muertos se amontonen al lado de los ídolos, cerca de sus altares, en todas las colinas elevadas, bajo cualquier árbol verde y bajo cualquier frondosa encina, doquiera hayan ofrecido a sus porquerías el buen olor del incienso.


¿Has rechazado para siempre a Judá, o tu alma está aburrida con Sión? ¿Por qué nos has herido sin esperanza de mejorar? Esperábamos la paz, y ninguna cosa buena llegó, la hora de nuestra mejoría, y se presentó el susto.


Pero tú lo rechazaste y repudiaste, te enojaste con tu ungido.


Terminado todo esto, salieron todos los israelitas que se encontraban presentes a recorrer las ciudades de Judá y rompieron las piedras paradas, abatieron los troncos sagrados y derribaron los santuarios de lomas y los altares en todo Judá y Benjamín, y también en Efraím y Manasés, hasta acabar con ellos. Después volvieron todos los hijos de Israel, cada cual a su propiedad, a sus ciudades.


Después fue todo el pueblo a la casa de Baal y la destruyeron, rompiendo sus altares y sus imágenes, y mataron a Matán, sacerdote de Baal, ante los altares.


Al darse vuelta Josías vio tumbas cavadas en los cerros. Mandó buscar los huesos de esas tumbas y los quemó en el altar para profanarlo; así se cumplió la palabra de Yavé que un hombre de Dios había proclamado un día de fiesta, cuando Jeroboam ofrecía sacrificios en el altar. Al mirar de nuevo se fijó Josías en la tumba del hombre de Dios que había proclamado esas palabras.


Llamó a todos los sacerdotes de las ciudades de Judá; profanó los Altos Lugares donde esos sacerdotes ofrecían incienso, desde Guebá hasta Berseba. Demolió el Alto Lugar de las puertas, que estaba a la entrada de la Puerta de Josué, gobernador de la ciudad, a la izquierda de la entrada a la ciudad.


El hombre de Dios gritó en contra del altar por orden de Yavé: '¡Altar, altar!, esto dice Yavé: nacerá en la casa de David un hijo de nombre Josías. Sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los Altos Lugares, a los que queman el incienso en ti, y se quemarán en ti huesos humanos'.


si desprecian mis normas y rechazan mis leyes; si no hacen caso de todos mis mandamientos y rompen mi alianza,


Tendré mi Morada entre ustedes y ya no los miraré mal.


No seguirán las costumbres de la gente que voy a arrojar delante de ustedes, pues a causa de esas mismas prácticas les tomé odio.


Vamos a destruir esta ciudad, pues son enormes las quejas en su contra que han llegado hasta Yavé, y él nos ha enviado a destruirla.


Yavé lo ha visto, y desprecia a sus hijos e hijas que lo han ofendido.


Porque, se lo digo, se cumplirá la maldición que pronunció por orden de Yavé contra el altar de Betel y contra todos los Lugares Altos de las ciudades de Samaría'.


La cólera del Señor se encendió contra su pueblo y tuvo horror de su propia gente.


Me dijo: 'Hijo de hombre, has visto el lugar de mi trono, el sitio para la planta de mis pies; allí habitaré para siempre en medio de los Israelitas. El pueblo de Israel junto con sus reyes no ensuciará más mi Santo Nombre con sus prostituciones o con los cadáveres de sus reyes cuando éstos mueran.


Juro por mí mismo, dice el Señor Yavé, el Dios de los Ejércitos: Yo aborrezco el lujo insolente de Jacob y detesto sus palacios; por eso, entregaré en manos del enemigo la ciudad con todos sus habitantes.


los altos lugares sagrados de Isaac serán demolidos; los santuarios de Israel, destruidos, y yo me lanzaré, espada en mano, contra la familia de Jeroboam.


Les haré pagar el doble por su crimen y sus pecados, ya que profanaron mi tierra con los cadáveres de sus ídolos y llenaron mi propiedad con sus abominaciones.


Te entregaré en sus manos, derribarán y destruirán tus altos lugares, te quitarán tus vestidos, tomarán tus joyas y te dejarán desnuda, sin nada.


Su cariño está repartido, pero me lo van a pagar. Yavé mismo derribará sus altares y demolerá sus monumentos sagrados.


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