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Levítico 26:17 - Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Me volveré contra ustedes y serán derrotados ante el enemigo; ustedes no resistirán a sus adversarios y huirán sin que nadie los persiga.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Pondré mi rostro contra vosotros, y seréis heridos delante de vuestros enemigos; y los que os aborrecen se enseñorearán de vosotros, y huiréis sin que haya quien os persiga.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Me volveré contra ustedes, y sus enemigos los derrotarán. Aquellos quienes los odian los gobernarán, y ustedes huirán, ¡aun cuando nadie los esté persiguiendo!

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Pondré mi rostro contra vosotros y seréis derrotados delante de vuestros enemigos, y quienes os aborrecen se enseñorearán de vosotros, y huiréis sin que haya quien os persiga.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Yo me volveré contra vosotros, y seréis derrotados por vuestros enemigos; os dominarán los que os odian y huiréis sin que nadie os persiga.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 y fijaré mi rostro contra vosotros, y seréis muertos delante de vuestros enemigos; y los que os aborrecen se enseñorearán de vosotros y huiréis sin que nadie os persiga.

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Levítico 26:17
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El malhechor huye cuando nadie lo persigue, el justo en cambio se siente más seguro que el león.


Si un hombre de Israel o de los forasteros que viven en medio de ustedes come cualquier clase de sangre, aborreceré a esta persona que come sangre y la exterminaré.


¡Mira cómo se asustan de repente! Les cae una desgracia inesperada. Dios dispersa los huesos del renegado; todos se ríen de ellos: '¡Cómo Dios los ha rechazado!'


Yavé hará que seas derrotado por tus enemigos. Por un camino irás a pelear en su contra y por siete caminos huirás de ellos. Al verte se horrorizarán todos los pueblos de la tierra.


Reduciré a nada las esperanzas de Judá y Jerusalén en este lugar; los haré caer bajo la espada de sus enemigos, a manos de los que buscan su muerte; daré sus cadáveres por comida a las aves de rapiña y a las fieras salvajes.


Los entregó en manos de salteadores que los despojaron, los vendió a sus enemigos de todo el contorno: ya no oponían más resistencia a sus enemigos.


Sus adversarios la vencieron y ahora se sienten felices, pues Yavé la castigó por sus muchos pecados; sus niños marcharon al destierro empujados por el enemigo.


Los filisteos atacaron a Israel y los hombres de Israel salieron huyendo ante los filisteos. Fueron muchos los que cayeron heridos de muerte en los cerros de Guelboé.


Los filisteos presentaron batalla; los israelitas fueron derrotados y cada cual huyó para su casa. Fue un gran desastre: treinta mil combatientes cayeron de entre las filas de Israel.


Cuando cultives la tierra, no te dará frutos; andarás errante y fugitivo sobre la tierra.


Subieron más o menos tres mil hombres del pueblo, pero los habitantes de Aí los rechazaron.


Cuanto tu pueblo Israel haya pecado contra ti y sea aplastado por sus enemigos, si se vuelve a ti y da gloria a tu Nombre, cuando te dirija su oración y su súplica en esta Casa,


Nos haces ceder ante el adversario y los que nos odian saquean a gusto.


Por esto, así les dice Yavé de los Ejércitos, el Dios de Israel: Me voy a fijar en ustedes para desgracia suya y acabaré con todo Judá.


Volveré mi rostro contra ellos: escaparon al fuego pero el fuego los devorará, y sabrán que yo soy Yavé cuando vuelva mi rostro contra ellos.


Entonces estalló contra Israel la cólera de Yavé. Los dejó caer en las manos de Cusán-Riseataim, rey de Edom, y los israelitas estuvieron sometidos a Cusán-Riseataim por ocho años.


Los israelitas estuvieron sometidos a Eglón, rey de Moab, durante dieciocho años.


La opresión de Madián fue dura para Israel, y debido a Madián los israelitas habitaron las hendiduras de las montañas, las grutas y los refugios.


Pero si no obedecen a Yavé, si se rebelan contra sus órdenes, la mano de Yavé se hará pesada para ustedes y para su rey.


Yavé se enojó con los israelitas y los entregó en manos de Jazael rey de Aram y de Ben-Hadad hijo de Jazael, durante mucho tiempo.


De todo su ejército sólo le quedaron a YoAjaz cincuenta soldados de caballería, diez carros y diez mil soldados de infantería, pues el rey de Aram lo había aplastado y reducido a polvo.


¿Quién traerá de Sión la salvación de Israel? Cuando a su pueblo Dios traiga de vuelta, habrá alegría en Jacob, Israel será colmado.


Mil huirán ante la amenaza de uno solo, y ante el ataque de cinco todos ustedes huirán; y sólo sobrevivirá de ustedes un resto, como un poste en la cumbre de un cerro o como un palo de bandera en una colina.


Pero ellos lo desobedecieron, y como causaban pena a su Espíritu Santo, se convirtió en su enemigo y él mismo les hizo la guerra.


Como un enemigo, ha preparado su arco, ha afirmado su derecha, como un adversario ha matado todo lo que encanta los ojos; en la casa de la Hija de Sión ha vertido su furor como fuego.


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