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Levítico 25:35 - Biblia Católica (Latinoamericana)

35 Si tu hermano pasa necesidad y ves que no puede salir del apuro, ayúdalo, aunque sea forastero o huésped, para que pueda vivir junto a ti.

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Biblia Reina Valera 1960

35 Y cuando tu hermano empobreciere y se acogiere a ti, tú lo ampararás; como forastero y extranjero vivirá contigo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

35 »Si alguno de tus hermanos israelitas se empobrece y no puede sostenerse a sí mismo, ayúdalo como lo harías con un extranjero o un residente temporal y permítele vivir contigo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

35 Si tu hermano empobrece y se halla en penuria a tu lado, tú lo sostendrás, aunque sea extranjero y forastero, para que pueda restablecerse junto a ti.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

35 Si tu hermano empobrece y te tiende su mano suplicante tú lo mantendrás y vivirá contigo como forastero o como huésped.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

35 Y cuando tu hermano empobreciere, y se asilare a ti, tú lo ampararás; como peregrino y extranjero vivirá contigo.

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Levítico 25:35
36 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada a cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo, que es bueno con los ingratos y los pecadores.


Si uno goza de riquezas en este mundo y cierra su corazón cuando ve a su hermano en apuros, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios?


Entonces cada uno de los discípulos empezó a ahorrar según sus posibilidades, destinando esta ayuda a los hermanos de Judea.


El que oprime al pobre insulta a su Creador, el que tiene piedad de los indigentes le rinde homenaje.


Es generoso en dar a los pobres, su honradez permanece para siempre, su cuerno aumenta en gloria.


Le va bien al compasivo y que presta, y lleva sus negocios en conciencia,


Feliz el que se acuerda del pobre y del débil, en el día malo lo salvará el Señor;'


No se ha cansado de dar y prestar: en sus hijos se notará la bendición.


No dejen de practicar la hospitalidad, pues saben que algunos dieron alojamiento a ángeles sin saberlo.


Sólo debíamos acordarnos de los hermanos pobres de Jerusalén, lo cual he tenido cuidado en cumplir.


En cuanto a la ayuda a los santos, a nuestros hermanos, no es necesario que se la recomiende,


Ya conocen la generosidad de Cristo Jesús, nuestro Señor, que, siendo rico, se hizo pobre por ustedes para que su pobreza los hiciera ricos.


Y añade: Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber: éstas serán otras tantas brasas sobre su cabeza.


Hagan todo lo posible para vivir en paz con todos.


Compartan con los hermanos necesitados, y sepan acoger a los que estén de paso.


A los pobres los tienen siempre con ustedes, pero a mí no me tendrán siempre.


Siempre tienen a los pobres con ustedes y en cualquier momento podrán ayudarlos, pero a mí no me tendrán siempre.


Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y ustedes me dieron de beber. Fui forastero y ustedes me recibieron en su casa.


El que tiene compasión del pobre le presta a Yavé: éste sabrá pagar su deuda.


El que se burla de los pobres insulta a su Creador; el que se alegra de la desgracia ajena no quedará sin castigo.


Si tu hermano pasa necesidad y se ve obligado a venderte su propiedad, su pariente más cercano podrá rescatar lo vendido por su pariente.


Al forastero que viva con ustedes lo mirarán como a uno de ustedes y lo amarás como a ti mismo, pues ustedes también fueron forasteros en Egipto: ¡Yo soy Yavé, tu Dios!


No opriman a los extranjeros, pues ustedes saben lo que es ser extranjero. Lo fueron ustedes en la tierra de Egipto.


No harán daño a la viuda ni al huérfano.


Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás al ponerse el sol,


Sea cual fuere el voto que hayas hecho, no llevarás a la casa de Yavé, tu Dios, regalo de prostitutas, ni salario de perro, o sea, prostituto, porque ambas cosas son abominables a los ojos de Yavé.


La gente del pueblo y sus mujeres se quejaron de sus hermanos judíos:


Si prestas dinero a uno de mi pueblo, al pobre, que tú conoces, no serás como el usurero, no le exigirás interés.


Otros decían: 'Tenemos que empeñar nuestros campos, nuestras viñas y nuestras casas a cambio de trigo debido a esta hambruna'.


No les negué a los pobres lo que deseaban, ni a la viuda dejé aguardando en vano.


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