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Levítico 16:20 - Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Acabada la expiación del Santuario, de la Tienda de las Citas y del altar, Aarón presentará el macho cabrío vivo.

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Biblia Reina Valera 1960

20 Cuando hubiere acabado de expiar el santuario y el tabernáculo de reunión y el altar, hará traer el macho cabrío vivo;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 »Cuando Aarón haya terminado de purificar el Lugar Santísimo, el tabernáculo y el altar, presentará el chivo vivo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Cuando haya acabado de hacer expiación por el Santuario, la Tienda de Reunión y el altar, hará aproximar el macho cabrío vivo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Hecha la expiación del santuario, de la tienda del encuentro y del altar, Aarón hará traer el macho cabrío vivo,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 Y cuando hubiere acabado de expiar el santuario, y el tabernáculo de la congregación y el altar, hará llegar el macho cabrío vivo:

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Levítico 16:20
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Se hará lo mismo el siete del mes en favor de los que hayan pecado involuntariamente o sin pensarlo; así harán la expiación por la Casa.


Así hará la expiación por el Santuario, debido a las impurezas de los hijos de Israel, a sus faltas y a todos sus pecados. Así hará por la Tienda de las Citas, que mora con ellos en medio de sus impurezas.


el que vive. Estuve muerto, pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos y tengo las llaves de la Muerte y de su reino.


Por eso es capaz de salvar de una vez a los que por su medio se acercan a Dios. El sigue viviendo e intercediendo en favor de ellos.


y gracias a él fuera reconciliado con Dios, porque la sangre de su cruz ha restablecido la paz tanto sobre la tierra como en el mundo de arriba.


Pues en Cristo Dios estaba reconciliando el mundo con él; ya no tomaba en cuenta los pecados de los hombres, sino que a nosotros nos entregaba el mensaje de la reconciliación.


¿Quién los condenará? ¿Acaso será Cristo, el que murió y, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios intercediendo por nosotros?


Si bien fue entregado por nuestros pecados, fue resucitado para que entráramos a la vida justa.


Moisés lo sacrificó. Mojando sus dedos en la sangre, untó con ella las esquinas del altar, para consagrarlo. Después derramó el resto de la sangre al pie del altar; de esta manera lo consagró, haciendo por él la expiación.


Hará con su dedo siete aspersiones de sangre sobre el altar, y así lo purificará de las impurezas de los hijos de Israel y lo santificará.


Imponiendo ambas manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, hará confesión sobre él de todos los pecados de los hijos de Israel, tanto de sus maldades como de sus faltas. Y después de cargarlas sobre la cabeza del macho cabrío, lo enviará al desierto por medio de un ayudante.


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