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Lamentaciones 5:16 - Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Cayó la corona de nuestra cabeza. ¡Pobres de nosotros, que pecamos!

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Biblia Reina Valera 1960

16 Cayó la corona de nuestra cabeza; ¡Ay ahora de nosotros! porque pecamos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Cayeron las guirnaldas de nuestra cabeza. Lloren por nosotros porque hemos pecado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Y la corona ha caído de nuestra cabeza. ¡Ay de nosotros, por haber pecado!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Cayó la corona de nuestra cabeza. ¡Ay de nosotros, porque hemos pecado!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

16 Cayó la corona de nuestra cabeza: ¡Ay ahora de nosotros! porque pecamos.

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Lamentaciones 5:16
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Renegaste de la alianza con tu siervo y arrojaste por tierra su corona.


Di al Rey y a la Reina Madre: Siéntense en el suelo, porque ha caído de sus cabezas su corona gloriosa.


me ha desvestido de mi gloria, me ha quitado de la cabeza mi corona.


Ay, qué solitaria quedó Jerusalén, la ciudad tan poblada. Como una viuda quedó la grande entre las naciones. La ciudad que dominaba las provincias tiene ahora que pagar impuestos.


Vengo pronto. Mantén con firmeza lo que tienes, para que nadie te arrebate la corona.


El rey de Babilonia se detuvo en el cruce de caminos, se ve la suerte, sacude las flechas, interroga a los ídolos, examina el hígado de los animales.


Fue por los pecados de sus profetas, por las culpas de sus sacerdotes, que en medio de ellos derramaron sangre de justos.


Ay, ¡cómo ha oscurecido, en su cólera, el Señor a la Hija de Sión! Ha derribado del cielo a la tierra la gloria de Israel; en su enojo no se acordó de su Templo, en que descansaron sus pies.


Es justo Yavé, porque fui rebelde a sus órdenes. Escuchen, pues, pueblos todos, y miren mi dolor. Mis vírgenes y mis jóvenes han ido al cautiverio.


Gravemente pecó Jerusalén y se hizo impura. Los que la alababan, la desprecian, porque la vieron desnuda. Y ella gime y esconde el rostro.


Todo esto te mereces por tu mala conducta y por tus fechorías. Que se te parta el corazón de pena porque te rebelaste contra mí.


Tus mismas faltas te castigan y tus infidelidades te condenan. Reconoce y comprueba cuán malo y amargo resulta abandonar a Yavé, tu Dios, y dejar de temerme a mí, palabra de Yavé Sabaot.


¿Acaso no sucedió esto porque has abandonado a Yavé, tu Dios, que te indicaba el camino?


Una nación crece por la justicia; el pecado es la vergüenza de los pueblos.


No tengas miedo por lo que vas a padecer. El diablo meterá a algunos de ustedes en la cárcel para ponerlos a prueba. Serán diez días de prueba. Permanece fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida.


porque la riqueza no es eterna y las reservas no duran generaciones.


Se reunieron en Mispá. Sacaron agua la que derramaron delante de Yavé, y ayunaron todo el día, porque reconocían que habían pecado contra Yavé. Y allí, en Mispá, Samuel actuó como jefe de los israelitas.


Su rostro descarado los denuncia y, como Sodoma, muestran sus pecados en vez de esconderlos. ¡Ay de ellos que han preparado su propia ruina!


Llegaron a ella y se adueñaron de ella, pero no escucharon tu voz ni se portaron de acuerdo a tus mandamientos. Y como no hicieron nada de lo que tú les habías ordenado, tú mandaste contra ellos todas estas calamidades.


Mira, Yavé, que estoy en angustias, me hierven las entrañas. Dentro se me retuerce el corazón, porque he sido muy rebelde. Afuera la espada acaba con los hijos, y dentro de la ciudad, la muerte.


Por eso, yo mismo he empezado a maltratarte, a arruinarte debido a tus pecados.


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