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Lamentaciones 4:13 - Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Fue por los pecados de sus profetas, por las culpas de sus sacerdotes, que en medio de ellos derramaron sangre de justos.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Es por causa de los pecados de sus profetas, y las maldades de sus sacerdotes, Quienes derramaron en medio de ella la sangre de los justos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 No obstante, ocurrió a causa de los pecados de sus profetas y de los pecados de sus sacerdotes, que profanaron la ciudad al derramar sangre inocente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 m Es por los pecados de sus profetas, Por las iniquidades de sus sacerdotes, Los cuales derramaban en medio de ella la sangre de los justos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Mem. Fue así por los pecados de sus profetas, por las iniquidades de sus sacerdotes, que derramaron en medio de ella la sangre de inocentes.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

13 Es por los pecados de sus profetas, por las maldades de sus sacerdotes, que derramaron en medio de ella la sangre de los justos.

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Lamentaciones 4:13
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Los profetas anuncian mentiras, los sacerdotes buscan el dinero y todo esto le gusta a mi pueblo. ¿Qué harán ustedes, cuando llegue el fin?


Pues desde el más chico al más grande, todos andan buscando su propio provecho, y desde el sacerdote hasta el profeta son todos unos embusteros.


Así ustedes se proclaman hijos de quienes asesinaron a los profetas.


Tus profetas anunciaron para ti falsedad y tonterías. No te descubrieron tu culpa para ahorrarte el cautiverio. Tuvieron para ti presagios de falsedad y de ilusión.


¿Hubo algún profeta que sus padres no hayan perseguido? Ellos mataron a los que anunciaban la venida del Justo, y ustedes ahora lo han entregado y asesinado;'


Yavé me respondió: Estos profetas andan anunciando mentiras en mi nombre; yo no los mandé, ni les di órdenes, ni les hablé. Falsas visiones, adivinaciones sin cometido, sueños de su imaginación, eso es lo que profetizan.


Hace tiempo que has quebrado el yugo, soltándote de sus lazos. Tú dijiste: 'Yo no quiero servir. Y sobre cualquier loma, bajo cualquier árbol frondoso, te tendías como una prostituta.


Inútilmente he corregido a sus hijos, ya que nadie me ha hecho caso. La espada, más feroz que un león, ha devorado a sus profetas, pero no entendieron.


Pero como han llenado esta ciudad de víctimas y las calles de cadáveres,


Los que en ti mandan son como un león rugiente que desgarra su presa: devoran a la gente, les quitan sus bienes y sus joyas, y por su culpa las viudas son cada vez más numerosas.


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