Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Lamentaciones 1:17 - Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Sión tiende sus manos, y no hay quién la consuele. Yavé mandó contra Jacob adversarios de todas partes; Jerusalén se ha hecho ejemplo de horror para ellos.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

17 Sion extendió sus manos; no tiene quien la consuele; Jehová dio mandamiento contra Jacob, que sus vecinos fuesen sus enemigos; Jerusalén fue objeto de abominación entre ellos.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Jerusalén extiende la mano en busca de ayuda, pero nadie la consuela. El Señor ha dicho de su pueblo Israel: «¡Que sus vecinos se conviertan en enemigos! ¡Que sean desechados como un trapo sucio!».

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

17 p Sión extiende sus manos pero no hay quien la consuele. YHVH ha dispuesto contra Jacob, que sus vecinos sean sus adversarios; Jerusalem se ha convertido entre ellos en algo inmundo.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Pe. Sión tiende sus manos: no tiene quien la consuele. Yahveh mandó contra Jacob a los opresores del contorno. Jerusalén se ha convertido en inmundicia para ellos.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Sión extendió sus manos, no tiene quien la consuele; Jehová dio mandamiento contra Jacob, que sus enemigos lo rodeasen: Jerusalén fue como una mujer menstruosa entre ellos.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Lamentaciones 1:17
29 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Oigo gritos como los de una mujer que da a luz por primera vez; la hija de Sión está gimiendo y extiende sus manos: '¡Ay de mí, que voy a sucumbir bajo los golpes de los asesinos!'


Cuando rezan con las manos extendidas, aparto mis ojos para no verlos; aunque multipliquen sus plegarias, no las escucharé, porque veo la sangre en sus manos.


Su impureza manchaba su vestido, pero no pensaba que tendría este fin. ¡Se hundió profundamente! ¡Nadie la consuela! ¡Mira, oh Yavé, mi dolor, ¡cómo se pone orgulloso el enemigo!


Llamé a mis amigos, pero me traicionaron. Mis sacerdotes y mis ancianos han muerto en la ciudad, mientras se buscaban alimento para reanimarse.


Por eso, lloro yo, mis ojos se deshacen en lágrimas porque está lejos el consolador que reanime mi alma. Mis hijos están desolados porque sus enemigos triunfan.


El noveno año del reinado de Sedecías, el décimo día del décimo mes, Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó a Jerusalén con todo su ejército. Acamparon frente a la ciudad y cavaron trincheras en todo su derredor;'


Israel vivía aparte como el asno salvaje, pero ha sido devorado y está en tierra de paganos. Efraím ya no sirve para nada.


Hijo de hombre, cuando Israel vivía en su tierra, la volvió impura con su conducta y sus acciones; su conducta era a mis ojos como la impureza de la mujer.


Les gritaban: ¡Apártense, un impuro! ¡Apártense, no lo toquen! Y cuando huían y vagaban, se decía entre las naciones: ¡Aquí no seguirán como huéspedes!


Oye cómo gimo, y no hay quién me consuele. Mis enemigos conocieron mi desgracia y se alegran de lo que me has hecho. ¡Que venga el día que tienes anunciado! ¡Que ellos estén como yo estoy!


Llora durante las noches, las lágrimas corren por sus mejillas. Entre todos sus amantes nadie hay que la consuele. La traicionaron todos sus amigos, ¡y se convirtieron en sus enemigos!


Pues ahora les doy una orden para que vuelvan. Atacarán esta ciudad y la tomarán para pegarle fuego. Y de las ciudades de Judá no quedarán más que ruinas solitarias.


En ese país morirán grandes y chicos, sin que los sepulten ni los lloren. En este país ya no se harán cortes en el cuerpo, ni se cortarán el pelo en homenaje a los muertos.


pues bien, hasta ti han llegado unos pastores con sus rebaños. Han instalado sus carpas a tu alrededor y cada uno da, allí, pasto a sus ovejas.


si un hombre, si Israel tu pueblo viene a orarte y a suplicarte, si reconoce su falta desde el fondo de su corazón y extiende sus manos hacia esta Casa,


Salomón estaba de pie delante del altar de Yavé, frente a toda la comunidad de Israel. Levantó entonces sus manos al cielo,


El dolor se apodera de mí, el corazón me está fallando.


¿Será acaso mi pueblo un buitre de plumaje feo, para que todos los demás se lancen contra él? ¡Ea, júntense ustedes, fieras salvajes, vayan a devorar!


Gravemente pecó Jerusalén y se hizo impura. Los que la alababan, la desprecian, porque la vieron desnuda. Y ella gime y esconde el rostro.


Pensé además en todos los abusos que se cometen bajo el sol. Vi las lágrimas de los oprimidos, y no hay nadie que los consuele; sufren la violencia de sus opresores, y no hay nadie que venga en su ayuda.


¡Pobrecilla, azotada por la tempestad y sin consuelo! Yo asentaré tus muros sobre piedras preciosas, y serán tus cimientos de zafiro.


¿Quién tendrá compasión de ti, Jerusalén? ¿Quién te consolará? ¿Quién se detendrá para preguntar por tu salud?


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម