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Jueces 16:16 - Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Como siguiera molestándolo y acosándolo todos los días con la misma pregunta, creyó que se iba a morir.

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Biblia Reina Valera 1960

16 Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Día tras día lo estuvo fastidiando hasta que Sansón se hartó de tanta insistencia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Y sucedió que como ella lo apremiaba con sus palabras cada día, acosándolo, su alma desfalleció hasta morir.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Y tanto le importunaba y le agobiaba con sus palabras día tras día que su espíritu decayó hasta sentir mortal hastío.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

16 Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia.

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Jueces 16:16
11 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

pero esta viuda ya me molesta tanto que le voy a hacer justicia; de lo contrario acabará rompiéndome la cabeza'.


Yo les digo: aunque el hombre no se levante para dárselo porque usted es amigo suyo, si usted se pone pesado, al final le dará todo lo que necesita.


Y les dijo: 'Esto es mi sangre, la sangre de la Alianza, que será derramada por una muchedumbre.


Entonces Yavé le preguntó: '¿Te parece bien enojarte por este ricino?' Jonás respondió: 'Sí, tengo razón para estar enojado hasta el punto de querer morir.


¿Acaso pleiteo contra un hombre? Entonces, ¿cómo no me pondría nervioso?


Entonces ella le dijo: '¿Cómo puedes decirme que me amas? Tu corazón no está conmigo, ya que tres veces te has burlado de mí y no me has dicho de dónde proviene tu enorme fuerza'.


Entonces le abrió su corazón. Le dijo: 'Estoy consagrado a Dios desde el vientre de mi madre y nunca ha pasado la navaja por mi cabeza. Si me raparan, se me iría la fuerza y quedaría tan débil como cualquiera'.


La mujer de Sansón se puso a llorar a su lado: 'Tú sólo me odias, le decía, tú no me quieres. Ni siquiera me has explicado esa adivinanza que propusiste a los jóvenes de mi pueblo'. Le respondió: 'Ni siquiera se la he explicado a mi padre y a mi madre, ¿y quieres que te la explique?'


Ella siguió así llorando los siete días que duró el banquete, y al séptimo día, como él estaba cansado con eso, le dio la solución. Ella, inmediatamente, se la dio a los de su pueblo,


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