Jueces 12:15 - Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁵ Cuando murió Abdón, hijo de Hillel, de Pireatón, lo enterraron en Pireatón en territorio de Efraín, en la montaña del Amalecita.

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Biblia Reina Valera 1960

¹⁵ Y murió Abdón hijo de Hilel piratonita, y fue sepultado en Piratón, en la tierra de Efraín, en el monte de Amalec.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁵ Cuando murió, lo enterraron en Piratón, en Efraín, en la zona montañosa de los amalecitas.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁵ Y murió Abdón ben Hilel piratonita, y fue sepultado en Piratón, en la tierra de Efraín, en la serranía de los amalecitas.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁵ Murió Abdón, hijo de Hilel, de Piratón, y fue sepultado en Piratón, en la tierra de Efraín, en la montaña de los amalecitas.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹⁵ Y murió Abdón, hijo de Hilel, piratonita, y fue sepultado en Piratón, en la tierra de Efraín, en el monte de Amalec.

Jueces 12:15 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Jueces 5:14

Los jefes de Efraín bajaron al valle. Benjamín va tras de ti entre tus tropas. Han bajado jefes desde Maquir, y de Zabulón los que llevan el cetro.

2 Samuel 23:30

Benaías de Pireatón, Jiddaí de los Torrentes de Gaas,

1 Samuel 15:7

Saúl aplastó a Amalec desde Javila hasta Sur que está al este de Egipto.

Jueces 3:27

Apenas llegó, tocó el cuerno en la montaña de Efraín y los israelitas bajaron de la montaña siguiéndole.

Jueces 3:13

Los moabitas se aliaron con los amonitas y con los amalecitas para luchar contra Israel, y se apoderaron de la Ciudad de las Palmeras.

Éxodo 17:8

En Refidim los amalecitas vinieron a atacar a Israel.

Génesis 14:7

Luego se volvieron y llegaron hasta la fuente de Misfat, o sea Cadés, y arrasaron todo el país de los amalecitas y de los amorreos que vivían en Asasontamar.

Jueces 12:13

Después de él fue Abdón, hijo de Hillel, de Pireatón quien juzgó a Israel.

Jueces 12:14

Tuvo cuarenta hijos y treinta nietos que andaban en setenta burros. Juzgó a Israel ocho años.

Jueces 13:1

Los israelitas volvieron a hacer lo que es malo a los ojos de Yavé, quien los entregó en manos de los filisteos durante cuarenta años.