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Juan 14:30 - Biblia Católica (Latinoamericana)

30 Ya no hablaré mucho más con ustedes, pues se está acercando el que gobierna este mundo. En mí no encontrará nada suyo,

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Biblia Reina Valera 1960

30 No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

30 »No me queda mucho tiempo para hablar con ustedes, porque se acerca el que gobierna este mundo. Él no tiene ningún poder sobre mí,

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La Biblia Textual 3a Edicion

30 No hablaré ya mucho con vosotros, porque viene el príncipe de este mundo y no tiene nada en mí,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 Ya no hablaré mucho con vosotros, porque está al llegar el jefe del mundo. Contra mí nada puede;

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

30 Ya no hablaré mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo; y no tiene nada en mí.

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Juan 14:30
22 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Sabemos que somos de Dios, mientras el mundo entero está bajo el poder del Maligno.


Ustedes, hijitos, son de Dios, y ya han logrado la victoria sobre esa gente, pues el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo.


El dragón grande, la antigua serpiente, conocida como el Demonio o Satanás, fue expulsado; el seductor del mundo entero fue arrojado a la tierra y sus ángeles con él.


Ahora es el juicio de este mundo, ahora el que gobierna este mundo va a ser echado fuera,


Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.


El no cometió pecado ni en su boca se encontró engaño.


Con ellos seguían la corriente de este mundo y al soberano que reina entre el cielo y la tierra, el espíritu que ahora está actuando en los corazones rebeldes.


Se niegan a creer, porque el dios de este mundo los ha vuelto ciegos de entendimiento y no ven el resplandor del Evangelio glorioso de Cristo, que es imagen de Dios.


Nuestro sumo sacerdote no se queda indiferente ante nuestras debilidades, pues ha sido probado en todo igual que nosotros, a excepción del pecado.


¿Por qué no me detuvieron cuando día tras día estaba entre ustedes en el Templo? Pero ahora reinan las tinieblas, y es la hora de ustedes.


El nos arrancó del poder de las tinieblas y nos trasladó al Reino de su Hijo amado.


Así había de ser nuestro sumo sacerdote: santo, sin ningún defecto ni pecado, apartado del mundo de los pecadores y elevado por encima de los cielos.


Dios hizo cargar con nuestro pecado al que no cometió pecado, para que así nosotros participáramos en él de la justicia y perfección de Dios.


De hecho, se presentó a ellos después de su pasión y les dio numerosas pruebas de que vivía. Durante cuarenta días se dejó ver por ellos y les habló del Reino de Dios.


Contestó el ángel: 'El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el niño santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios.


sino con la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha ni defecto.


Sabemos que el que ha nacido de Dios no peca, pues lo protege lo que en él ha nacido de Dios, y el Maligno no puede tocarlo.


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