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Job 31:34 - Biblia Católica (Latinoamericana)

34 ¿Acaso debí temer al rumor público hasta quedarme callado y encerrado en mi casa?

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Biblia Reina Valera 1960

34 Porque tuve temor de la gran multitud, Y el menosprecio de las familias me atemorizó, Y callé, y no salí de mi puerta;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

34 ¿Acaso me he quedado callado y encerrado por miedo a la multitud o al desprecio de las masas?

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La Biblia Textual 3a Edicion

34 Por temor a la muchedumbre, o porque me intimidara el desprecio de la gente, para guardar silencio, y no salir a la puerta?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 como si temiera el rumor de la gente o me asustara el desprecio del pueblo y callara sin salir a la puerta.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

34 porque tuve temor de la gran multitud, y el menosprecio de las familias me atemorizó, y callé, y no salí de mi puerta?

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Job 31:34
20 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

No sigas a la mayoría para obrar mal; no desviarás de la justicia para decir lo que todos dicen.


Así que nosotros no miramos ya a nadie con criterios humanos; aun en el caso de que hayamos conocido a Cristo personalmente, ahora debemos mirarlo de otra manera.


Sus manos son buenas para hacer el mal: el príncipe es exigente; el juez se deja comprar; el poderoso decide lo que le conviene.


Sedecías dijo a Jeremías: 'Les tengo miedo a los judíos que se han pasado a los caldeos; pues si me entregan a ellos, se vengarán de mi persona.


Entonces el rey juró en secreto a Jeremías: 'Por Yavé y por la vida que nos ha dado, que no te mataré, ni te entregaré a los jefes que buscan tu muerte.


Es una trampa temblar ante los hombres: el que confía en Yavé está seguro.


No toma el partido de los príncipes ni distingue entre el rico y el pobre, porque todos son obra de sus manos.


Si llega un poderoso, se apodera de las tierras y lo pone en manos de sus criaturas.


Si ahora te callas, la salvación y la liberación llegarán a los judíos de otra parte, pero tú y la casa de tu padre morirán. ¿Quién sabe si no fue para un día como éste que tu llegaste a ser reina?»


Los servidores del rey saben muy bien, igual como el pueblo de las provincias del rey, que cualquiera, hombre o mujer, que entre en los aposentos privados del rey sin haber sido llamado, es reo de muerte. La ley no hace excepciones al respecto, únicamente aquel a quien el rey tienda su cetro de oro puede salvar su vida. Y lo que es yo, hace treinta días que no he sido llamada por el rey».


Uno de los hijos de Yoyada, hijo del sumo sacerdote Elyasib era yerno de Sambalat el horonita; lo eché lejos de mí.


Después de haber reflexionado, llamé severamente la atención a los nobles y a los funcionarios: '¡Ustedes imponen una pesada carga a sus hermanos!' Entonces convoqué a una gran asamblea,


El les dijo: 'Esta es orden de Yavé, el Dios de Israel: Colóquense cada uno su espada al costado y pasen y repasen por el campamento, de una entrada a la otra; y no vacilen en matar a sus hermanos, compañeros y familiares.


Los mensajeros gritaban en voz alta, en lengua judía, al pueblo de Jerusalén que estaba sobre la muralla, para atemorizarlos y asustarlos y así poder conquistar la ciudad.


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