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Job 1:5 - Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Una vez terminados los días de esos banquetes, Job los mandaba a llamar para purificarlos; se levantaba muy temprano y ofrecía sacrificios por cada uno de ellos, pues decía: 'Puede que mis hijos hayan pecado y ofendido a Dios en su corazón. Así hacía Job.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Cuando las fiestas terminaban —a veces después de varios días— Job purificaba a sus hijos. Se levantaba temprano por la mañana y ofrecía una ofrenda quemada por cada uno de ellos, porque pensaba: «Quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en el corazón». Esta era una práctica habitual de Job.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y ocurría que al finalizar los días del festín, Job enviaba por ellos° para purificarlos, y levantándose de madrugada, ofrecía holocaustos por todos ellos, conforme a su número, pues decía Job: Quizás mis hijos han pecado contra ’Elohim y blasfemado en su corazón. Así hacía Job siempre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Una vez terminados los días de banquete, Job los hacía venir para purificarlos y, levantándose muy de mañana, ofrecía un holocausto por cada uno de ellos, pues se decía para sí: 'Quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en su corazón'. Así hacía Job constantemente.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado a Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.

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Job 1:5
36 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Por lo tanto, consíganse siete becerros y siete carneros y vayan a ver a mi servidor Job. Ofrecerán un sacrificio de holocaustos, mientras que mi servidor Job rogará por ustedes. Ustedes no han hablado bien de mí, como hizo mi servidor Job, pero los perdonaré en consideración a él.


Noé construyó un altar a Yavé, y tomando de todos los animales puros y de todas las aves puras, los ofreció en sacrificio sobre el altar.


Si tus hijos pecaron contra él, él ya los entregó en manos de su maldad.


Sí, respondió, en son de paz. He venido a ofrecer un sacrificio a Yavé. Purifíquense y vengan conmigo al sacrificio'. Fue a purificar a Jesé y a invitarlo al sacrificio junto con sus hijos.


Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo según les inspire el Espíritu. Velen en común y perseveren en sus oraciones sin desanimarse nunca, intercediendo en favor de todos los santos, sus hermanos.


Arrepiéntete de esa maldad tuya y ruega al Señor que te perdone por tus intenciones, si es posible.


Entonces se presentaron dos malvados, se pusieron frente a Nabot para testimoniar contra él, y ante todo el pueblo dijeron: '¡Nabot maldijo a Dios y al rey!' Lo sacaron fuera de la ciudad y lo apedrearon. Y Nabot murió.


Consíganse a dos malvados para que le lancen esta acusación: ¡Tú maldeciste a Dios y al rey! Entonces lo sacarán fuera y lo matarán a pedradas'.


Se levantó Abrahán de madrugada, ensilló su burro, llamó a dos muchachos para que lo acompañaran, y tomó consigo a su hijo Isaac. Partió leña para el sacrificio y se puso en marcha hacia el lugar que Dios le había indicado.


Por lo tanto, no juzguen antes de tiempo; esperen que venga el Señor. El sacará a la luz lo que ocultaban las tinieblas y pondrá en evidencia las intenciones secretas. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que se merece.


Pablo, pues, apadrinó a aquellos hombres. Al día siguiente se purificó con ellos y entró en el Templo para notificar qué día concluiría su tiempo de purificación y se ofrecería el sacrificio por cada uno de ellos.


¿Acaso Dios no hará justicia a sus elegidos si claman a él día y noche, mientras él deja que esperen?


Se acercaba la Pascua de los judíos, y de todo el país subían a Jerusalén para purificarse antes de la Pascua.


justos y santos, todos los días de nuestra vida.


Limpia tu corazón del mal, Jerusalén, para que puedas salvarte. ¿O acaso piensas seguir con tus perversos pensamientos?


Haz todo lo que esté a tu alcance y que te sientas capaz de hacer; porque en la morada de los muertos a donde tú vas, no hay ni trabajos ni problemas, ni conocimiento ni sabiduría.


Desde la mañana oyes mi voz. Desde la mañana te hago promesas y me quedo a la espera.


En tierra no tiene semejante, fue hecho atrevido,


¿Acaso se complacerá el malo en el Omnipotente, o lo invoca en todo momento?


Entonces su esposa le dijo: '¿Todavía perseveras en tu fe? ¡Maldice a Dios y muérete!'


Pero extiende tu mano y toca sus pertenencias. Verás si no te maldice en tu propia cara.


Los sacerdotes y los levitas se purificaron y luego purificaron al pueblo, las puertas y las murallas.


Yavé dijo a Moisés: 'Vuelve donde el pueblo y mándales que se purifiquen hoy y mañana; que laven sus ropas'


Jetró, suegro de Moisés, ofreció un sacrificio y presentó a Dios ofrendas. Vinieron entonces Aarón y todos los jefes de Israel para compartir una comida con el suegro de Moisés en la presencia de Dios.


Yavé vio que la maldad del hombre en la tierra era grande y que todos sus pensamientos tendían siempre al mal.


Estoy celoso de ustedes, y son celos de Dios, pues los he ofrecido a Cristo como una joven virgen a la que yo he desposado con el único esposo.


Tomó doce piedras, según el número de las tribus de Jacob, del hombre que había recibido esta palabra de Yavé: 'Tu nombre será Israel'.


Luego mandó algunos jóvenes para que ofrecieran víctimas consumidas por el fuego y sacrificaran novillos como sacrificios de comunión.


Sus hijos acostumbraban a celebrar banquetes por turno, en casa de cada uno de ellos, e invitaban también a sus tres hermanas a comer y beber con ellos.


El que niega la compasión al prójimo desecha el temor del Omnipotente.


Imagínate que en ese país se encuentren estos tres hombres: Noé, Daniel y Job. Pues bien, lo digo yo, esos tres hombres salvarían su vida debido a su justicia, palabra de Yavé.


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